Las eventuales filtraciones o fallas en los lugares donde serán depositados los desechos de la mina Cerro Blanco, en Guatemala, pueden contaminar las quebradas que tributan al río Ostúa hasta llegar al salvadoreño lago de Güija.
Esa es parte de las conclusiones del estudio “Evaluación de la Instalación de Almacenamiento de Relaves Filtrados en la Mina de Oro y Plata propuesta Cerro Blanco, Sur de Guatemala”.
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El doctor en geofísica Steven H. Emerman, profesor en la Universidad de Utah, consultor internacional en minería y aguas subterráneas y experto en valoración del impacto medioambiental de proyectos mineros, es el autor del documento.
La mina Cerro Blanco se encuentra en Mita, Jutiapa, a menos de 14 kilómetros del municipio de Metapá, en Santa Ana, El Salvador; el documento fue presentado ayer viernes en la capital de Guatemala.
Captación de desechos
Las instalaciones de almacenamiento en la mina Cerro Blanco tendrían 175 metros de altura, a sólo 395 metros de pendiente arriba del pueblo de Trapiche Vargas, y estaría a sólo 103 metros de pendiente arriba de la quebrada El Marial, desde donde los relaves filtrados podrían fluir hacia El Salvador.
“La mayoría de esas instalaciones son construidas en climas más seco que el de Guatemala…, es importante considerar el clima”
Dr. Steven H. Emerman, autor del estudio
Los relaves son un subproducto común del proceso de recuperación de los metales y los minerales. En general, consisten en un lodo compuesto de agua y partículas finas de metales y minerales. Se crea cuando el mineral extraído se tritura y se muele finamente en el proceso de molienda.
En el estudio, el especialista detalla que donde la empresa Bluestone Resources, propietaria de la mina, pretende colocar los desechos mineros, pueden ocurrir deslizamientos de materiales a raíz de las lluvias; además de drenar químicos usados en la mina, los mismos que escurrirían a través de las quebradas que tributan al río Ostúa y al lago de Güija.
El lago de Güija es uno de los principales afluentes tributarios del río Lempa, que a su vez abastece de agua potable a cerca del 37% de la población del Área Metropolitana de San Salvador.
“La mayoría de esas instalaciones son construidas en climas más seco del de Guatemala…, es importante considerar el clima”, comentó Emerman durante la presentación del estudio.
Además, explicó que al ocurrir una filtración bastarían solo 49 minutos para que los desechos mineros llegaran al lago de Güija.
Afectación
Aunque la instalación para el relave ha sido diseñada para resistir la inundación hasta por 100 años, además de terremotos, dicha construcción debe ser diseñada para resistir el terremoto “máximo creíble”, así como inundaciones por 10,000 años, dijo Emerman.
Se considera en el documento que, en el mejor escenario, las normas internacionales deberían prohibir la construcción de una instalación de relaves tan cerca de comunidades.
La recomendación general del estudio “es que la propuesta para la mina Cerro Blanco sea rechazada con la revocación de todos los permisos existentes”.
Por ahora, el Gobierno de Guatemala no ha frenado el proyecto, y aún no se ven acciones concretas por parte de El Salvador.