Con mucho interés en lograr ingresos, aportarlos en su hogar y grandes deseos de superación personal, Kelvin Garay participa en el curso de enderezado y pintura, impartido en comunidad Las Cabreras, cantón Plan del Pino, situado en la zona limítrofe entre Soyapango y Ciudad Delgado.
Kelvin, de estatura media, piel morena y aspecto reservado, tiene 21 años y recién concluye el bachillerato técnico vocacional, opción contador. “Pienso en instalar mi propio negocio al terminar las clases aquí en el taller, y así ganar dinero para mi casa”, explica.
Junto a Kelvin participan en las clases otros siete jóvenes, sus edades rondan entre los 16 y 24 años de edad.
Kelvin comenta que previo a participar en el curso trabajaba en la construcción, pero considera que al aprender a reparar la carrocería de autos tendría mejores oportunidades económicas. “En este momento solo con el bachillerato me he quedado, pero pienso continuar en la universidad; si se da la oportunidad, seguiré”, expresa.
El resto de jóvenes participantes son tímidos y hablan entre ellos.
Las clases son impartidas por Óscar Chávez, un técnico de amplia trayectoria y capacitado en Japón.
El proyecto de impartir estas clases busca que, inicialmente, los participantes desarrollen habilidades para el trabajo en ese tipo de taller, la enseñanza es gratis y dura 3 años.
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A partir del segundo año, los primeros beneficiarios replicarán sus conocimientos con otros jóvenes hasta alcanzar la formación de nuevos mecánicos y la autosostenibilidad del taller.
El curso forma parte de las iniciativas ejecutadas en Soyapango y Ciudad Delgado por el Centro de Formación Integral Juvenil y Familiar (Cedeinfa).
Además, el taller cuenta con el apoyo de la embajada de Alemania en El Salvador, por medio del programa de proyectos comunitarios.
“Los jóvenes en el taller se encuentran en entrenamiento en este momento. Entre los objetivos generales del proyecto Cedeinfa se destacan los talleres vocacionales que lleven a la creación de fami-empresas, es decir que una mujer, un joven que participe puede después montar su propio emprendimiento”, explica Daniel Menjívar, fundador de Cedeinfa.
Comentó que esperan que en 2023 los ocho jóvenes participantes de este momento replique cada uno sus conocimiento con otros dos jóvenes, “así dejarán la siguiente generación de pupilos en el taller, hasta llegar al punto que el proyecto en sí sea auto sostenible”.
“Al final el aprendizaje de los jóvenes se complementará con la entrega de herramientas básicas para la instalación de su propio taller”, puntualizó Daniel.
Para la jefa de cooperación de la embajada de Alemania en El Salvador, Lena Schwarm, “este tipo de cooperación directa involucra a los beneficiarios en la construcción de mejores oportunidades y facilidades en su entorno, eso es muy valioso”.
Schwarm expone que “se ha equipado, y reconstruido el taller, antes no había techo ni piso, además se han proporcionado las herramientas necesarias para su funcionamiento. Como siempre he dicho, los importante para que la cooperación sea exitosa es que ambas partes hagan su trabajo, y este es el ejemplo”.
Cooperación
Cedeinfa, además de las clases de enderezado y pintura, administra otros proyectos que poseen cooperación de la embajada alemana, varios de ellos en la comunidad Duarte Meléndez, de Soyapango.
Ese lugar se encuentra situado en la zona oriente del municipio, allí predominan las casas construidas de lámina y madera, también la vulnerabilidad social de lo jóvenes.
Entre los proyectos de Cedeinfa en ese sitio se encuentra el taller de carpintería donde los participantes aprenden desde la elaboración de presupuestos para construir muebles hasta la fabricación de los mismos.
“Se enseña el uso de herramientas, la seguridad al momento de usarlas, el corte de madera, y el armado. También es importante decir que se le habla sobre valores a los jóvenes. Es enseñar a los jóvenes a utilizar su tiempo en cosas productivas”, sostuvo el Cristóbal Martínez, responsable del lugar.
Los muebles fabricados en el lugar son vendidos a poco más del costo, y ese margen es entregado a los jóvenes para incentivarlos.
“Es una gran oportunidad de aprender, y aprovecho para llevar algún dinero a mi mamá”, sostuvo Rigoberto Aveldaño, uno de los participantes de la carpintería que funciona desde 2014.
También en esa comunidad funciona, desde 2013, una clínica familiar, en la cual son atendidas unas 120 familias.
El costo por consulta es de 2 dólares, y los pacientes reciben también la medicina.
El salón interactivo, que fue abierto en 2013, brinda refuerzo educativo a niños de diferentes edades; también cuenta la comunidad cuenta con guardería donde son atendidos hijos de vendedoras ambulantes, durante todo el día, de manera gratuita.
Las clases de cosmetología, corte y confección son impartidas en el local del Cedeinfa, donde algunas de las exalumnas ya son instructoras.
“Hemos evidenciado el impacto que tiene en la comunidad facilitar recursos financieros a contrapartes confiables como Cedeinfa. Tenemos una tradición en proyectos comunitarios. Sabemos que es necesaria la oportunidad de conocimientos para luego asumir la responsabilidad de su propia vida”, concluyo la jefa de cooperación de la embajada de Alemania en El Salvador.