La Asociación de Industriales Químico-Farmacéuticos de El Salvador (INQUIFAR), entidad que realizó recientemente la reunión de medio término de Asociación Latinoamericana de Industrias Farmacéuticas (ALIFAR) en El Salvador, se refirió, a través de su presidenta Carmen Estela Pérez, al tema de la importación de medicamentos desde la India.
En este sentido, la asociación ve con preocupación cómo la producción de fármacos desde el país asiático podría afectar al mercado regional. No solo porque los niveles de producción, en una economía de más de mil millones de habitantes, supera con creces a la producción centroamericana, sino, por el tema de las regulaciones.
Según Pérez, la industria farmacéutica en India es tan grande porque ese país le apostó por el desarrollo de la misma, y a nivel tecnológico, sin embargo, señala que no se sabe si los medicamentos que ahí se producen "cumplen con todos los requisitos de producción necesarios".
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En este punto puso como ejemplo lo que ocurrió en las primeras semanas de octubre en Gambia, país del continente africano, donde murieron más de 60 niños que consumieron un jarabe para la tos que les provocó daño severo en los riñones.
Según medios internacionales, esos jarabes tenían una inaceptable cantidad de dietilenglicol y etilenglicol, dos químicos que pudieron provocar esos problemas renales. Según la Organización Mundial de la Salud, el laboratorio fabricante de dicho jarabe es India Maiden Pharmaceuticals.
Con respecto a eso, los farmacéuticos que asistieron a la reunión de medio término lamentaron que ningún país centroamericano exige examinar las plantas de producción de medicamentos en India, y apuntaron que una solución a esa necesidad de adquirir productos de ese país es pensar en acuerdos regionales en Latinoamérica.
Lo anterior se refiere a que los países latinoamericanos deberían tener farmo-químicas (es decir empresas que elaboren materia prima para la fabricación de medicamentos), según un comunicado de INQUIFAR, y desde los mismos componentes activos de los medicamentos.
Según la asociación, con estos mecanismos, la competencia en la región contra los productos terminados o provenientes de India sería mucho más equilibrada.
No obstante, si no se logran dichos acuerdos, y "si se permite que India entre libremente al mercado regional inundarían de principios activos y productos terminados a todos los países y esto podría provocar que no se tenga control sobre calidad y precio", detalla la representación de la industria farmacéutica del país.
Por ello, la presidenta de INQUIFAR sostiene que "tenemos que cuidar la salud de la población. Esos medicamentos deben tener la calidad necesaria".
En este sentido, la representante del sector no se opone al ingreso de medicamentos de otros mercados, pero subrayó que "quien quiera entrar en el mercado centroamericano debe cumplir con los requisitos que nuestras autoridades nos exigen", a la vez que recordó, durante una entrevista televisiva en TCS, que esa industria es la más regulada en el país.
Con respecto a la fabricación de materia prima para fármacos en la región, apuntó que muchos países ya están trabajando para aprovechar las estrategias de "near shoring" y poder fabricar a nivel local esos principios activos.
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Con esto, podrían evitarse crisis como, por ejemplo, la de la cadena logística de suministros, la cual podría afectar al sector debido a los largos períodos de espera en el transporte de mercadería desde regiones lejanas como China.
A propósito de ello, Pérez también destacó que la industria farmacéutica en el país está trabajando para mantenerse al día en tema de innovación, y firmó que desde 2014 ha invertido unos $90 millones para mejorar la infraestructura y la tecnología.
"Nuestras plantas de producción en el país no tienen nada que envidiarle a la industria de países como Costa Rica, Guatemala, Colombia o México", detalló.