Los pobladores del caserío isla El Rico del cantón Mogotillo, del municipio de San Alejo, en el departamento de La Unión, aseguraron que tienen más de 25 años de estar pidiendo al gobierno central y a la alcaldía un proyecto de construcción de dos kilómetros de la calle de acceso principal.
Isla El Rico es una comunidad formada por 20 familias, tiene acceso vía marítima por la bahía de La Unión y por tierra se hace por la carretera Panamericana. La población sobrevive del trabajo de la pesca artesanal y de la pequeña agricultura del maíz.
Según los lugareños, cada mes que se registran las mareas altas se tienen que enfrentar a las dificultades para salir del caserío y esperar hasta que el nivel del agua baje.
Los más afectados son los niños cuando van a la escuela, tienen que quitarse el calzado, el pantalón o la falda para poder cruzar el tramo de calle que se inunda.
La vía, también, es frecuentada por hombres y mujeres de las comunidades aledañas que se dedican a la extracción de curiles, casco de burros y punches en el estero de la isla.
Daniel Mendoza Blanco, miembro de la comunidad, dice que tienen 48 años de residir en el caserío y desde entonces vienen con las dificultades para pasar por el acceso que tienen vía terrestre, “es una gran necesidad que como comunidad queremos superarla para tener mejoras condiciones para nuestras salida o para los niños cuando les toca que ir a la escuela; ya nos hemos quedado sin salida y nos toca esperar que baje el nivel del agua", explicó.
La comunidad está de acuerdo en aportar por cada vivienda un camión con material para incrementar el nivel de la calle, para eso necesitan que las instituciones gubernamentales les apoyen con la maquinaria y la colocación de obra de drenaje.
“De vez en cuando nos ha ayudado el alcalde de San Alejo en tirarle balastro a la calle; pero necesitamos un proyecto para solucionar el problema y evitar que cada vez estemos con dificultades para transitar a pie o en vehículo”, agregó Mendoza Blanco.
Ever Ventura, habitante, manifestó que durante el invierno es cuando más se les complica salir del caserío a la carretera, “es un problema que tenemos que enfrentar cada año. Aquí en la comunidad tenemos dos necesidades que son resolver el problema de la calle y que nos apoyen con un proyecto de introducción de agua, porque algunos tenemos pozos que el agua no es potable y a otros les toca que comprarla".
El alcalde de San Alejo, Inmar Barrera, dijo que es bastante difícil la situación de la comunidad. “Eso siempre ha pasado ahí, cuando hemos podido le hemos colaborado y ellos lo saben, pero ahí no hay nada que podamos hacer”, expusó.
Otra de las necesidad que viven a diario es que no cuentan con el servicio de agua potable, para abastecerse tienen que estar comprando las pipas con agua, algunas viviendas cuentan con pozo de brocal, pero aseguran que no es de buena calidad para el consumo porque el agua tiene un sabor a salinidad, por la cercanía con el mar.
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