El cáncer, según la Organización Mundial de la Salud (OMS), es una de las principales causas de muerte en todo el mundo y para 2020 dejó cerca de 10 millones de fallecidos.
Para ese año, los 5 tipos de cáncer que cobraron más vidas fueron: en primer lugar el pulmonar, en segundo el colorrectal, en tercero el hepático, seguidos del gástrico y el de mama.
Ese mismo año a nivel local el Instituto Salvadoreño del Seguro Social (ISSS) registró 329 tumores malignos a nivel de órganos digestivos, de los cuales 186 fueron diagnosticados en hombres y 143 en mujeres.
Una publicación del Centro de control y prevención de enfermedades (CDC, por sus siglas en inglés) explica que los pólipos del colon así como el cáncer colorrectal no siempre generan síntomas, especialmente en sus inicios, debido a ello son tan importantes las pruebas periódicas de detección del cáncer de colon.
El CDC apunta que cuando el cáncer empieza a generar molestias la persona puede experimentar varias situaciones de alerta: un cambio en hábitos fecales, sangre en la materia fecal, diarrea, estreñimiento o la sensación de que el intestino no se vacía por completo; dolores, molestias o cólicos abdominales que no desaparecen, pérdida de peso inexplicable.
La OMS señala que la incidencia de este mal aumenta muchísimo con la edad; sin embargo, hay varios factores que pueden contribuir, entre ellos destacan el consumo de tabaco, consumo de alcohol, una dieta poco saludable, inactividad física y contaminación del aire. El CDC incluso cita factores hereditarios.
El riesgo de padecer cáncer puede reducirse. En ese sentido el organismo mundial invita a corregir las conductas o hábitos poco saludables como los arriba descritos, incluso llama a vacunarse contra el virus del papiloma humano y la hepatitis B, además de evitar la radiación ultravioleta.
Otra forma de prevenir es realizarse pruebas periódicas de detección de cáncer colorrectal a partir de los 45 años de edad. Esto puede ayudar a detectar la presencia de pólipos o crecimiento de tejido anómalo, dado que pueden estar presentes durante años antes de avanzar a cáncer invasivo sin presentar síntomas. Esos pólipos precancerosos, una vez identificados, se pueden extirpar antes de que se conviertan en cáncer, o también se puede dar un tratamiento más eficaz.