Siete mujeres cambiaron la rutina diaria y construyeron la “casa de bambú del pueblo”, un vistoso proyecto en el cantón Veracruz, en Tonacatepeque, al norte de San Salvador.
La obra fue ejecutada entre agosto y octubre de 2021 y la entrega a la comunidad ocurrió este febrero. Dos hombres también participaron como respaldo, pero el músculo y perseverancia femeninos llevaron el peso de la obra.
Josefina Alvarado, de 58 años, y Jade Castillo, de 56, dos de las participantes en la ejecución de la obra, presenciaron la entrega mientras permanecían a la sombra de un imponente árbol.
“Fue difícil, aguantamos lluvia y sol mientras trabajábamos”, comentó Josefina, con tono de satisfacción. Luego, mostró una tímida sonrisa.

Con la construcción de esa casa quedó clausurado el módulo de bambú en la Escuela de Formación Agroecológica (EFOA). También fueron elaborados muebles con esa misma planta, entre esos últimos destacaron los juegos de sala, camas y camarotes.
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Dicha escuela es proyecto de la Asociación de Beneficiados de Agua de la Zona Rural de Tonacatepeque (Abazorto).
Esa organización promueve el cultivo de bambú y sus diferentes usos, y afirman que cada vara es capaz de captar hasta 30 litros de agua.
“Lo bueno fue caminar cargando las varas de 12 metros entre veredas y por unos 20 minutos hacia arriba”, recordó Josefina, al mencionar parte del trabajo para terminar la casa.

La finalidad de la construcción, de aproximadamente 12 metros de longitud por 6 de alto, es proveer al cantón de un lugar adecuado para sus actividades comunitarias.
Como decoración, siempre con bambú, le fueron colocadas siete estrellas (en representación de las mujeres que participaron), además del sol y la luna como simbolos místicos.
“Ya para trabajar en la parte más alta debimos colocar tablones para caminar, y allí estuvimos montadas con los taladros trabajando. De allí se curaron las varas”, detalló Josefina.

La estructura, elaborada a base de bambú Asper gigante y otras especies, fue diseñada en 2017 por por el arquitecto Mauricio Fuentes, y la ejecución estuvo a cargo de Álex Santamaría.
Para Jade, quien se dedica a la presentación de productos didácticos, la experiencia fue más allá de lo físico, pues asegura que la llenó de juventud y cumplió retos personales. “Ha sido uno de los momentos mejores momentos de mi vida, me llenó de juventud”, sostuvo.
Sobre la experiencia del trabajo con las siete mujeres, Álex Santamaría, quien estuvo a cargo, lo resume con un seguro: “son eficientes y todo terreno”.

“Son capaces de aprender rápido el uso de las herramientas y su trabajo final es bueno. Al inicio dudé, pero superaron cualquier expectativa, concluyó Santamaría.