"Perdono a quienes le hicieron esto porque el castigo vendrá por ellos”, son las palabras de Ramón Henríquez momentos antes de entrar a la cripta de Monseñor Romero, en Catedral Metropolitana de San Salvador.
Así como él, existen otros feligreses que se preparan para honrar el martirio del religioso este 24 de marzo, fecha en el que se cumplen 42 años desde que una bala le quitó la vida mientras daba una homilía en la capilla del hospital Divina Providencia.
Ramón Henríquez dice que conoció a Monseñor Romero en sus homilías y habló con él en algunas oportunidades.
“Yo me pregunto siempre: ¿Por qué le hicieron esto a él? Era algo que no se merecía”, expresa, mientras llega a la tumba del mártir este miércoles.
Su devoción y admiración por San Romero nació cuando en 2010 él y su familia fueron víctimas de un hecho de violencia y esto provocó en él un shock tan fuerte en sus nervios, provocando que sus ojos se fueran apagando hasta el punto de no ver absolutamente nada.
Narra que llegó hasta el Seguro Social y los médicos le dieron tratamiento pero no daba resultado; fue hasta que él llegó a pedirle el milagro a Monseñor Romero y este se lo concedió “a través de Jesucristo y la virgen María”, narra Henríquez.
Comenta que “ni los doctores podían creen lo excepcional que había ocurrido en mí. Recuerdo que el médico me dijo: ‘¡Esto es un milagro!’”.
Ramón es pensionado y por más de 30 años trabajó como jefe de piso y camarógrafo de Canal 10. Prefiere venir un día antes del aniversario del martirio para estar con más calma y devoción.
“Para mí su asesinato fue a causa de seguir los mandamientos de Jesucristo, que también fue considerado un revolucionario para su época (...). Perdono a quienes le hicieron esto porque el castigo vendrá por ellos”, dice, con un tono de voz fuerte y firme.
Otro de los feligreses que llegaron antes de la conmemoración fue Geovanni Alberto Castro, quien viene un día antes del martirio de monseñor Romero para agradecerle por haberle salvado la vida después de ser arrollado durante un accidente vial sobre la Alameda Juan Pablo II.
“Él nos dejó como herencia la verdad y la justicia; y siempre vengo a agradecerle por haberme mantenido con vida. Me cumplió el milagro de seguir con vida”, expresa con mucha devoción en la cripta del santo, en la Catedral Metropolitana.
Castro es originario de San Salvador y este jueves estará presente en todas las actividades religiosas en nombre de San Romero, quien el 3 de febrero de 2015 fue reconocido como mártir por la iglesia Católica y el 10 de octubre de 2018 fue declarado santo, el primero en la historia de El Salvador.
Este jueves al mediodía habrá Solemne Eucaristía en Catedral Metropolitana, la cual presidirá la Conferencia Episcopal y el arzobispo actual, José Luis Escobar Alas.