La seguridad vial es un término cada vez más utilizado en Latinoamérica y el mundo, y es que tanto gobernantes como expertos en el tema ven con preocupación los datos ascendentes de accidentes en carreteras, los cuales aseguran han cobrado más vidas que la propia pandemia del Covid-19.
Esa seguridad vial es sinónimo de prevención de accidentes de tránsito y trata de hacer especial énfasis en los cuidados que se deben tener para disminuir sus efectos en la vida y salud de las personas, explicó Claudia Vélez, directora ejecutiva de la Asociación Salvadoreña de Empresas de Seguros (ASES), durante el Foro de Seguridad Vial y Aseguramiento Vehicular desarrollado en la ciudad de San Salvador recientemente.
Para la experta, la seguridad vial representa un verdadero reto para países como El Salvador, donde el parque vehicular crece cada año de manera importante.
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Según datos del Observatorio Nacional de Seguridad Vial, el parque vehicular en el país es de 1,624,170 automotores en la actualidad.
En el mimo evento, el Director General de Tránsito, Alfredo Alvayero, explicó que cada año entran al país 25,000 nuevos vehículos, lo que se traduce en un 8.45 % de crecimiento anual.
Al cierre de 2022, el parque vehicular en El Salvador reportó 1.33% más de lo que se tuvo en 2021, es decir 21,601 vehículos más que en el año 2021.
Entre el 1 de enero y el 7 de abril de 2023, en El Salvador se registraron 4,710 accidentes de tránsito con un saldo de 2,851 personas lesionadas y 315 muertes; fueron 7 accidentes menos que en 2022, cuando se registraron 4,717 en el mismo periodo.
Según datos oficiales, cada día ocurre un promedio de 48 accidentes, 29 personas resultan lesionadas y tres mueren por esta causa cada 24 horas.
Las cinco principales razones de siniestros viales han sido: la distracción del conductor con 1,048 casos en el primer trimestre del año; invadir el carril contrario (968); no respetar las señales de tránsito (621); no guardar la distancia (611) y la velocidad excesiva (314).
Los años 2021 y 2022 cerraron con 18,741 y 17,408 accidentes de tránsito, respectivamente. Murieron 2,710 personas en los dos años, y 20,861 resultaron lesionadas.
Mismo escenario en Latinoamérica
En la región, las cifras no son más alentadoras. Expertos señalan que los accidentes de tránsito constituyen una de las principales causas de muerte en América Latina. Cada año se reportan más de 100,000 muertes por accidentes de carretera y cerca de 5 millones de heridos.
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Para Vélez, estos datos resultan más alarmantes al darnos cuenta que la inseguridad al volante no es un tema nuevo, por el contrario, cifras como estas han venido sucediendo desde hace muchos años.
“Se trata de una pandemia muy poco visibilizada”, resaltó.
¿Qué hacer?
Álvaro Gómez, del Programa Iberoamericano de Seguridad Vial / OISEVI; y Ricardo Gaviria, del Programa de Movilidad Vial del BID/FIA, destacados expertos internacionales, resaltaron que educar en seguridad vial, fiscalizar y poner el tema en la agenda política marcan la ruta a seguir.
Para Álvaro Gómez, abrir el debate sobre los siniestros, sus consecuencias y concienciar a los ciudadanos sobre la magnitud del problema es de los primeros pasos.
“Si no hay medidas concretas y efectivas para atajar el problema, los números no van a bajar solo con decir que tenemos un problema”, expuso el también Director de la Agencia de Tránsito y Seguridad Vial de España.
Gómez explicó además como el sistema de licencias por puntos y las cámaras de velocidad fueron adoptados en España, basados en modelos de países como Francia, donde se había tenido buenos resultados. “Sabemos lo que hay que hacer, es solo tener la voluntad política y desde luego movilizar a la sociedad civil”, añadió.
Gómez enfatizó que la seguridad vial necesita una política pública integral, donde la sociedad civil juega un papel importante. No se trata solo de imponer una medida, sino escuchar a la gente, sentenció.
La Organización Mundial de la Salud también recomienda que haya una agencia líder en seguridad diaria que se encargue de evaluar el problema, las políticas, los marcos legales y lo qué están haciendo otros, destacan los expertos.
Considera además importante un cambio de discurso, dejar de hablar del fatalismo y empezar a decir que los accidentes son limitables.
El concepto de velocidad segura, resalta Gómez, tiene que ser asumido por todos y apoyado por todos.
Para el experto, bajo este enfoque la fiscalización también se vuelve importante. “Habrá que hacerlo bien, de manera progresiva, con un sistema con seguridad jurídica efectivo, justo y razonable”, sentencia.
Asimismo considera los datos que permiten un registro con números reales de siniestros y estadísticas fiables de vehículos y de conductores.
Medidas como estas -asegura- han llevado a España a reducir el número de fatalidades viales.
Gómez considera que difundir las cifras reales de siniestralidad es vital para poner el tema en agenda y que la sociedad exija soluciones al problema.
Ricardo Gavira considera que es con base en la información que se toman las decisiones más adecuadas, “poner multas por poner multas (es) bonito y administrativamente lindo, pero no tiene el impacto final que se requiere”, ejemplifica.
En El Salvador, la Asamblea Legislativa aprobó en enero pasado un pliego de reformas a la Ley de Transporte Terrestre, Tránsito y Seguridad Vial, la cual busca reducir la accidentabilidad en las carreteras mediante multas y sanciones más rigurosas a los infractores; pero el Ejecutivo no ha enviado a publicar el decreto legislativo al Diario Oficial, para que las reformas y las nuevas multas de tránsito entren en vigencia.