Cada vez que habla de sus hijas gemelas, Marcela y Maricela, su madre las describe como mujeres alegres, dinámicas, cariñosas y juguetonas. En su deseo de ser madre, María Luisa Henríquez dice que siempre soñó con tener un niño y una niña, pero nunca se imaginó que tendría una dupla de niñas que ahora le alegran la vida. Marcela y Maricela cumplirán 17 años en noviembre próximo.
María Luisa recuerda que cuando nacieron, en 2005, una era “más gordita que la otra” y por tal razón les dice cariñosamente: “La Chiqui” y “La Tota”, Marcela y Maricela, respectivamente. Siempre han estudiado juntas desde el kínder y ahora, en segundo año de bachillerato, siguen siendo compañeras en el Instituto Nacional Monseñor Tomás Miguel Pineda y Zaldaña, en San Pedro Masahuat, La Paz.
Maricela dice que su madre las quiere por igual. Cuando una no tiene razón, se reúne a platicar con las dos y por algo que no han hecho bien. “Se pone a darnos consejo a las dos y nos da mucho amor siempre. Mi madre es bien equilibrada para comprendernos y darnos el mismo cariño a las dos”, comentó.
Entre bromas y risas con su mamá, las gemelas entablan un discusión y Marcela sale al paso y dice: "Soy mayor por dos minutos. Yo siempre la molesto a Maricela, que me tiene que hacer caso. A mí porque soy la mayor. 'No', dice Maricela, porque son dos minutos."
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Marcela, en cambio, señaló que en algunas ocasiones se han peleado, pero que su cariño una por la otra las hace regresar y hacer las pases, como las buenas hermanas que son. “Hay algo que nos une y nos extrañamos demasiado. Se siente un vacío muy fuerte, no pudiera vivir sin ella”.
Cuando es momento de ir de comprar ropa, Maricela dice: “Cuando le compran una blusa casi siempre nos compran a las dos al mismo tiempo. Y que nosotras elijamos los estilos. A veces solamente le compran a Marcela una prenda de vestir y el siguiente mes me compran a mí otra cosa”.
Las gemelas piensan estudiar la misma carrera de la licenciatura en Tecnología y no quieren separarse. Tienen en la mira la Universidad de El Salvador (UES).
En muchas ocasiones, cuando hay hermanos, siempre se discute a quién se quiere más: si a la mayor o la menor. Sin embargo, al cuestionar a las gemelas, ellas concuerdan en algo: “Mi mamá nos quiere a la dos. No hay preferencia, y es algo que nos demuestra día tras día y con hechos".