Los carteles que sostuvieron en sus manos y con los cuales han tapado su rostro los alumnos de Medicina, de la Universidad de El Salvador, más bien parecen el diagnóstico de graves problemas que atañen principalmente la salud mental de ellos; y ponen en tela de juicio la metodología de enseñanza. También son un grito de auxilio que se está difundiendo rápido en las redes sociales, las cuales exponen la muerte por suicidio de una de las alumnas, tras lo cual también se creó el hashtag #NoAlMaltratoEnMedicina.
“La humillación no es metodología de aprendizaje”, “quiero ayudar al país como buen médico, pero ustedes nos desaniman”, “la salud mental sí es un tema importante” y “mi educación no debe causarme depresión”, son algunos de los textos escritos por los alumnos, que en su mayoría cursan el segundo y tercer año de la carrera.
El grupo protestó frente a la Facultad de Medicina, acompañado por miembros de la Defensoría de los Derechos de Universitarios. Un día antes, esa universidad publicó en redes sociales una esquela lamentando el deceso de la alumna, que cursaba el internado rotatorio en el área de Pediatría.
Hasta ayer al las 5:00 p.m. no había pronunciamiento oficial de parte de la UES ante la protesta.
“Estamos esperando la respuesta de las autoridades de Medicina y estamos a la espera de las acciones que tomen los decanos”, dijo uno de los alumnos que participó en la protesta; quien además reiteró que “es una realidad de que existen condiciones difíciles en la carrera del doctorado en Medicina y es bueno que los estudiantes los manifiesten, porque son muchas situaciones en las que se les falta a su derecho y se les exige esfuerzos fuera de lo permitido por la ley o reglamentos. Es una realidad que todos conocemos y es momento de visibilizarlo”, expuso.
La sobrecarga de las tareas asignadas al alumno, así como la fuerte carga académica, han estado en el escenario de la polémica desde hace años; e incluso llevó a que en 2019 se legislara al respecto, a través de la Ley Especial para la Regulación de las Prácticas Clínicas de los Estudiantes de Internado Rotatorio, Año Social, Médicos y Odontólogos en Proceso de Especialización, cuyo fin es normar la formación de estos profesionales y distribuir mejor la carga de trabajo en los diferentes niveles de atención en salud.
Pero uno de los representantes de los alumnos en la protesta expresó: “Están la ley orgánica, los reglamentos, pero lo que queremos solicitar es que se cumpla lo que está escrito”, en referencia a la normativa interna universitaria y a la legislación de país.
“La ley es una de letra muerta, porque se ve que el Instituto de Salud Pública está allí y se ve que es un tema que no le interesa. De nada sirve que les hagan un examen a los estudiantes que van para internado y les den desayuno, si la realidad en los hospitales es otra”, enfatizó el especialista en Salud Pública, Ricardo Lara. Tras su aprobación en la Asamblea Legislativa, su cumplimiento debía ser velado por los decanos de todas las facultades de Medicina y el Instituto Nacional de Salud Pública.
San Salvador, 16 de marzo de 2022. Foto EDH/ Francisco Rubio
“La pregunta es dónde están todas esas leyes, dónde está el Instituto Nacional de Salud Pública, pero lo más preocupante es que la estudiante venía poniendo distintas cosas en Twitter de las que nadie hizo caso”, cuestionó Lara.
Lara, quien es docente e investigador, enfatizó “que se ve que el maltrato sigue siendo una realidad al interior de los hospitales, el maltrato lo podemos ver desde varios puntos de vista: está el psicológico, el sexual, actos de violencia”.
“No importa que sea un hombre o una mujer quien se quitó la vida, lo grave es que es un ser humano quien se quitó la vida. Se suma que vuelve a ser una mujer la más vulnerable”, dijo Lara. Además, cuestionó el trabajo de la comisión de la Asamblea Legislativa que vela por el derecho de las mujeres: “¿cual es el papel de esa comisión, cuál es su rol, por qué voltean la mirada para otro lado, por qué no dicen nada?, ese es el llamado”.
Añadió que el maltrato a los estudiantes afecta directamente en el trato de los pacientes, quienes al buscar ayuda médica ya andan con ansiedad y trastorno emocional.
Semanas antes del suicidio de la alumna, la Universidad de El Salvador había abierto una sala de auxilio psicológico.
Se solicitó hablar con las autoridades de la UES, pero al cierre de esta nota no hubo respuesta.