Este sábado por la mañana fue enterrado en el cementerio municipal de Soyapango, Julio César Santamaría Flores, de 32 años, quien murió en el Hospital Nacional Zacamili luego de estar detenido, supuestamente, de forma arbitraria en el penal La Esperanza, mejor conocido como Mariona, bajo el régimen de excepción.
Julio era un joven mecánico de la colonia Las Arboledas en Soyapango. La policía había llegado múltiples veces a su emprendimiento que tenía en su casa, ya que no tenía permiso porque la alcaldía aún no se lo había otorgado.
El primero de diciembre, de nuevo fueron visitados por agentes en dos ocasiones, en la mañana y en la noche. “Nos registraron todo como las veces anteriores, él venía llegando cuando los policías lo capturaron a metros de la casa”, comentó un hermano del fallecido.
Desde entonces la familia de Julio llegaba al penal de Ilopango para entregar paquete de alimentos, medicina y de higiene, pero el día viernes 9 de junio la madre de Julio llegó y la recibieron con la noticia que había sido trasladado al penal de Mariona, en donde le recibieron el paquete y le confirmaron que se encontraba en ese lugar.
Al regresar a su casa horas más tarde, la recibió un grupo de policías, quienes le comentaron que Julio falleció en la mañana en el hospital Nacional Zacamil, según Medicina Legal por un edema pulmonar (exceso de líquidos en los pulmones).
Sin embargo, en las fotos que compartieron en redes sociales se observan que la víctima tenía golpes en todo su cuerpo.
Alison, madre de Julio, comentó que al llegar a Medicina Legal vio una bolsa blanca llena de sangre y que los encargados solo le mostraron la parte superior del rostro. “Acá tengo a mi hijo libre, pero muerto”, dijo la madre de Julio durante la vela.
Durante el sepelio, el padre de la víctima comentó que así como el caso de su hijo, hay muchos más casos de reos que han muerto bajo custodia del estado y de los cuales se ha demostrado su inocencia.
"Si mi hijo hubiera sido mala persona, yo no estuviera acá. Él era una buena persona”, señaló el familiar del fallecido.
“Voy a luchar porque se haga justicia”, agregó la madre de Julio frente al ataúd durante el entierro en el cementerio general de Soyapango.
Una tía del fallecido tomó la palabra para comentar que ella tiene dos hijas detenidas en el penal de Apanteos, Santa Ana, por lo que ella ha tenido que hacerse cargo de cuidar a sus cuatro nietas.
“Es una injusticia lo que está haciendo este gobierno. Esta bien que meta preso a los pandilleros, pero no a personas inocentes”, dijo.
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La muerte de Santamaría ocurrió un día después de que la PNC, junto a custodios, realizaran una requisa en el penal de Mariona tras un video que se viralizó en redes sociales donde se puede ver a una mujer recibiendo un supuesto mensaje.
Se subieron fotografías a la cuenta de Twitter de la Policía Nacional Civil alrededor de las 9 de la noche de agentes ejecutando una inspección debido a este hecho. En las fotografías se logra observar a personas sin camisa, pero en esta ocasión no se logra observar tatuajes alusivos a pandillas.
Julio Santamaría es una de las 150 muertes registradas por distintas organizaciones civiles que se encargan de documentar los fallecimientos de personas bajo el régimen de excepción y que se han logrado demostrar que son personas capturadas arbitrariamente.