Desaciertos como el cierre de 80 días y el reparto general de medicamentos, junto a aciertos como la vacunación y la telemedicina, son algunas de las lecciones aprendidas en El Salvador durante la pandemia, desde la perspectiva del médico intensivista José Gonzalo Batres Baires.
Este médico salvadoreño radicado en Alemania, considera que cada país deberá declarar la finalización de la pandemia y la entrada en una fase endémica, en la que por al menos dos años más se seguirá insistiendo en el uso mascarillas, el distanciamiento físico y el lavado de manos.
¿Cómo encontró la pandemia al sistema público de Salud en El Salvador?
Pues mire, la realidad del sistema público salvadoreño, eh, cronificado es mala. Realmente la pandemia nos ha encontrado sabiendo que tenemos un sistema débil. Esto tiene que ver con tanto la parte presupuestaria, pero también con la parte estructural, que son problemas crónicos que no ayudaron en un momento tan dramático y agudo en el contexto de una pandemia. Quiérase o no, tuvimos bastante tiempo de preparación porque la pandemia empezó al otro lado del mundo. Sin embargo, este tiempo de preparación, a pesar que creo que sí se destinaron algunos recursos, no fue lo suficiente para afrontar sobre todo la parte logística que merecía la realidad de esta pandemia.
¿A qué se refiere con la parte logística?
Me refiero a coordinar los centros que van a estar encargados de manejar a pacientes con la enfermedad a nivel nacional. No concentrar todos los recursos en un solo lugar y quizás también la parte de información científica. Hubiera sido oportuno encomendar un equipo técnico, un tipo de comisión a nivel ejecutivo, que se encargara de estar asesorando continuamente la toma de decisiones que se hacían desde el Ejecutivo. Esto ha sucedido en la gran mayoría de países, en el caso concreto de Alemania se dividieron los recursos en ese sentido. La parte técnica-científica fue dominada por médicos y expertos científicos que valoraron la parte de la evidencia científica, qué es lo que hay que hacer en una situación de pandemia y en base a estas recomendaciones científicas transmitirlas a la parte ejecutora para que tome medidas, ya sea de leyes, de cuarentena o de prevención o de tratamiento, compra de medicamentos, lo que fuera necesario en base a la evidencia científica, que es una de las grandes falencias que ha demostrado la pandemia a nivel mundial: la parte científica se ha dejado de lado y mucha información corrió por parte de notas de prensa que no necesariamente significan que es la mejor evidencia para realizar una acción en cuanto a la pandemia.
¿Cuáles han sido los aciertos al momento de contener y atender la pandemia en El Salvador?
Creo que sí han habido aciertos. Uno de los aciertos que en su momento yo estuve muy positivo cuando inició la pandemia fue el cierre inicial del aeropuerto, porque no se sabía en qué momento iba a entrar la pandemia al país; obviamente tenía que venir el extranjero, el cierre de fronteras fue algo oportuno. Sin embargo, a partir de ese momento podemos hablar más adelante quizás de los desaciertos, pero sí puedo considerar que el cierre inicial de fronteras de parte del país fue algo positivo y que prometió quizás un buen manejo a nivel epidemiológico de lo que era la pandemia.
Un segundo acierto que podríamos mencionar es la instalación de la telemedicina en El Salvador. Creo que a nivel del Ministerio de Salud han destinado recursos para estar atendiendo a la población a través de contacto telefónico y, además, la parte logística de estar en contacto con el paciente en su casa. Creo que eso es un acierto muy positivo que hay que felicitar, ¿eh? Aunque se quede corto, pero esto no existía en El Salvador antes, entonces es un gran paso.
Creo que además se convierte en una oportunidad a futuro para mejorar la medicina y llevarla a todos los lugares del país. Se sabe que en el país incluso hay personas que no se pueden transportar, pero que sí tienen un celular y que incluso el WhatsApp o las redes sociales que utilicen pueden ser utilizados y maximizados para llevar consulta en el caso de personas que tengan enfermedades, no necesariamente que tengan que ver con covid-19, sino que con otro tipo de enfermedades y que es algo muy positivo que se puede, a futuro, maximizar.
En tercer lugar, creo que el mayor acierto que ha tenido la administración actual es no escatimar esfuerzos en cuanto a la compra de vacunas.
A medida que ha pasado el tiempo, el tipo de vacuna que se utilizó sí lo podemos entrar en el detalle de cuál era la mejor, pero creo que en el momento en el que fueron apareciendo y el no escatimar el presupuesto para alcanzar a vacunar a la población, eso fue muy positivo.
Obviamente que el tema de la vacunación lo podemos desglosar y después entrar en detalles de dónde hubo fallas y qué se pudo haber mejorado. Sin embargo, el concepto general de adquirir vacunas para la mayor cantidad de la población es algo muy positivo.
¿Cuáles han sido las lecciones o la mayor lección aprendida?, tanto por médicos como por los administradores del sistema de salud.
Creo que una de las lecciones más importantes es el respeto por la parte científica y la parte técnica de lo que implica una pandemia. Lastimosamente a nivel mundial, la pandemia se volvió totalmente política y la parte científica de salud quedó relegada a un segundo plano.
Destacó durante todo el tiempo, en cualquier país, las decisiones que tomaban los políticos, que no necesariamente tenían conocimiento de todo lo que implica una pandemia y una enfermedad como tal en la parte, insisto, científica, técnica y médica. Creo que ese ha sido un desacierto, quizás, a nivel mundial. En El Salvador ha sido un poco más marcado debido a que la pandemia tuvo un tinte bastante propagandístico y la parte técnica fue quedando de lado.
Lo hemos platicado en otras ocasiones, colegas de distintos sectores a nivel nacional e internacional, tuvimos que estar acotando o haciendo ciertas observaciones y creo que, en su momento, muchas de las observaciones que se hicieron fueron retomadas y corrigieron algunos puntos a nivel del Ministerio de Salud.
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¿Cuáles han sido los errores en el abordaje de la pandemia en el caso de El Salvador?
Creo que hay que hablar también de la parte negativa de la pandemia en El Salvador y para hacerlo de forma cronológica podemos mencionar el cierre sin sentido, a nivel nacional, que se hizo de 80 días. Una cuarentena obligatoria que llevó no sólo a un estanque social, a un paro total de actividades, sino que también a sobrepasar ciertos derechos fundamentales de libertad en los seres humanos, en los ciudadanos salvadoreños. Creo que es un desacierto muy grande, que se pudo haber evitado, si se hubiera escuchado la parte científica en su momento, porque 80 días es una situación exagerada, que no tuvo, primero, justificación y, segundo, que debilitó al país económicamente de una manera muy drástica.
En segundo lugar creo que un desacierto grandísimo es la falta de transparencia en la información brindada por parte del Ejecutivo, tanto en la parte presupuestaria, en qué se ha invertido o qué es lo que se ha hecho, pero también en la parte asistencial, ya el destinar los recursos al Hospital El Salvador, donde hubo una ley de censura prácticamente para los empleados, no se sabía qué es lo que sucedía adentro. Eso creo que es inaceptable. Un médico se debe a su pacientes y después de esos pacientes obviamente se debe a sus familiares, porque son las personas más importantes del paciente que uno trata. Si, en ese sentido, el paciente era un ciudadano salvadoreño y nadie de la población está seguro de qué es lo que pasa ahí adentro, creo que es un desierto. Hubiera sido mejor, incluso para las autoridades, ser transparentes y brindar la información. No es que el país iba a haber sido perfecto, en todos los países se han cometido errores y creo que entre más transparente es uno, es mejor para enmendar errores y mantener un desarrollo satisfactorio de la pandemia.
Un tercer desacierto que podemos mencionar es la repartición masiva e indiscriminada de medicamentos, ya sea profilácticos o terapéuticos. Creo que eso es un error craso de la política actual, no solo al principio, sino que actualmente también esa repartición masiva de kits que pueden caer en la falta de criterio médico-científico de a quién le corresponde tomar qué para el momento en el que está enfermo, positivo o sospechoso. Esa es una tarea eminentemente médica que necesita conocimiento específico y que es muy compleja. No crea que es fácil tomar la decisión de qué medicamento vamos a utilizar, porque con la evolución de la enfermedad hemos aprendido desde el punto de vista científico que desde el día cero de la infección hasta el día dos, tres, cuatro, cinco, diez, doce y quince, la enfermedad se está comportando de una manera que no todos los medicamentos deben ser utilizados en algún momento. Entonces, la decisión de entregar un medicamento, de consumirlo y todos los efectos adversos que implican la combinación de todos estos medicamentos que han sido repartidos masivamente es muy riesgosa. Se está jugando con fuego. No quiere decir que está mal, que a todo el mundo le va a caer mal, pero el riesgo que se está jugando es muy alto.
¿Se puede decir que El Salvador ha estado entre los países que han manejado de forma más eficiente y efectiva la pandemia?
Creo que no. Y esto puedo agregarlo también como un punto negativo, y es el hecho de la concentración masiva de recursos que se utilizó, por ejemplo, en el Hospital El Salvador, creo que es un desacierto en comparación a los países de la región.
Creo que las mismas autoridades indican que ha sido el único hospital, no sé si a nivel mundial, por lo menos de Latinoamérica construido especialmente para covid-19.
Esto realmente es un hito, ningún otro país lo ha hecho porque en realidad creo que no es lo correcto. ¿Entonces, eh? Creo que no, no ha sido lo más eficiente. Hubiera sido mejor acondicionar unidades covid-19 en todos los hospitales de la red nacional, en vez de concentrar todos los recursos en un solo lugar en San Salvador. Fue demasiada falta de planificación y falta de consejo técnico experto de cómo abordar la pandemia. Creo que fueron simplemente ideas que sonaban bien, ocurrencias por decirlo así, pero nada basado en evidencia científica y eso es un ejemplo de que no ha sido lo más eficiente en cuanto a la distribución de recursos. Pero sí pueden destacarse puntos como el hecho de la vacunación, porque sin lugar a dudas El Salvador está entre los mejores en cuanto a niveles de vacunación dentro de la región.
Llevamos dos años usando mascarilla y pendientes de las medidas de bioseguridad, ¿cuál es la perspectiva que tenemos para los próximos dos o tres años?
La esperanza es que la fase aguda de la pandemia va a terminar este año. Esa decisión va a ser una decisión local, del país, no puede tomarse a nivel global, sino que va a ir dependiendo de las capacidades de cada sistema de salud. Yo creo, y estoy positivo, que en el país se puede alcanzar esta parte este año. Sin embargo, la aparición de nuevas cepas, la aparición de nuevas mutaciones que lleguen a dominar, no están descartadas. Creo que va a ser una enfermedad que va a quedar endémica, este paso a la parte endémica lo va a decidir cada país y en cuanto a la endemia de la enfermedad va a depender de la medidas de higiene.
En el caso de la sociedad salvadoreña, si usted permite libertades de cero mascarillas, de no estar haciendo tamizajes o de olvidar la sospecha de la enfermedad es probable que la endemia sea muy alta y eso es lo que queremos evitar, (queremos) que cuando una enfermedad sea endémica los índices endémicos sean bajos. Al final creo que sí, estoy positivo, este año se sale de la parte aguda.
El uso de mascarilla, creo que va a quedar por lo menos uno o dos años. A nivel institucional, hospitalario y de centros de salud, creo que incluso más. Los profesionales de la salud vamos a estar obligados a protegernos, porque (los hospitales) son los lugares donde se van a concentrar los enfermos.