Tal como lo explicaron voces médicas desde el inicio de la pandemia, el conocimiento alrededor de la covid-19 ha ido cambiando con el paso del tiempo, a medida que se descubre cosas nuevas sobre el comportamiento del coronavirus, y se descarta información que antes se consideraba como verdadera.
Tras dos años de convivir con el SARS-CoV-2, El Diario de Hoy ofrece un recuento de esta información.
En cuanto al comportamiento del SARS-CoV-2 y sus formas de contagio, la comunidad médica tiene claro que se transmite más por aerosoles (tos, estornudos, al gritar o hablar) que por gotículas que hayan quedado en superficies.
No hay mucha utilidad en limpiar las suelas de los zapatos a través de alfombras con amonio cuaternario, como tampoco esparcir cloro u otros químicos en las llantas.

Es una buena práctica limpiar con jabón o alcohol las superficies de uso más frecuente, como mesas, perillas, celular, aparatos tecnológicos, etc. Tampoco está de más tomar una ducha después de visitar un lugar con muchas personas (supermercado, farmacias, bancos, etc.).
El lavado constante con agua y jabón continúa siendo una excelente práctica, así como evitar el contacto con boca, nariz y ojos.
Se recomienda mantener el “saludo en pandemia”, es decir con el puño o el codo, y evitar saludos con estrechón de manos.
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Hay al menos cuatro variantes “de preocupación” del virus original SARS-CoV-2 detectado en Wuhan, China, en diciembre de 2019. De ellas, la más dominante en este momento es la ómicron, tanto en el mundo en general como en El Salvador; pero también asedian alfa, beta, gamma y delta.
El uso de la mascarilla es clave para frenar un posible contagio, sobre todo en ambientes cerrados y con aire acondicionado central.
Sin embargo, no es necesario ocupar mascarilla en lugares abiertos, con buena ventilación y bajo la luz solar. Tampoco se recomienda su uso para la práctica de deportes al aire libre (bicicleta, trote o carrera, caminatas, senderismo) ni acuáticos (sobre todo en piscinas con cloro).
Evitar las aglomeraciones sigue siendo importante para evitar los contagios, así como mantener un metro y medio de distancia con los demás.
Síntomas y proceso de la enfermedad
El tiempo de incubación (tiempo que tardan en aparecer síntomas después del contagio) es distinto entre las variantes conocidas, y puede variar desde 4 a 5 días hasta los 15 días después de la infección.

Lo mismo pasa con el tiempo de recuperación después de haber tenido la enfermedad, ya que en algunas personas los síntomas remiten a los 5 o 6 días, pero hay pacientes que tardan 15 días en reponerse.
La agresividad del virus dependerá en gran medida de las condiciones de cada persona, en cuanto a si padece o no una enfermedad crónica o degenerativa, si tiene altas sus defensas o si ya padeció antes la enfermedad.
En general, hay cuatro grandes grupos de personas al contagiarse: asintomáticas (no perciben efectos de la enfermedad, mas sí pueden transmitirla porque están infectados); sintomáticas leves (sufren tos seca, cansancio, malestar de cuerpo, fiebre, en algunos casos pérdida del olfato o gusto, dolor de garganta y de cabeza, diarrea, erupciones en la piel, ojos irritados); síntomas moderados (todos o algunos de los anteriores, con mayor intensidad pero sin necesidad de hospitalización) y síntomas graves (la dificultad para respirar es intensa, hay dolor de pecho y pérdida de habla o movilidad).
En los casos de sintomatología grave, se requiere de respiración asistida por aparatos mecánicos e incluso hospitalización.
Vacunas
La vacunación para elevar el nivel de inmunización (defensas) contra la infección por covid-19 es una de las principales estrategias a nivel global. En El Salvador, la vacunación tuvo como punto de partida el 17 de febrero de 2021. Aunque el Gobierno ha recibido aplausos por gestionar y recibir 52 lotes de dosis de vacunas, el gremio médico nacional ha lamentado la falta de información sobre la ejecución de este plan.
La OMS ha avalado la combinación de vacunas, en especial si se combina dos tipos de tecnología: el virus atenuado (Sinopharm, Sinovac, AstraZeneca), así como la ARN mensajero (Pfizer, Moderna).

Para el doctor Alfonso Rosales, experto en epidemiología, es importante que las personas no solo se pongan las dos primeras dosis de vacuna contra covid-19, sino también la tercera, para que no disminuya el nivel de generación de anticuerpos.
Diversas voces médicas nacionales e internacionales concuerdan en que el camino de las vacunas apunta a una dosis de refuerzo, la cual podría ser anual o bianual, en una línea similar a lo que ocurre con la vacuna contra la influenza.
Todo dependerá de cómo evolucionen las mutaciones del virus, aunque la variante ómicron ha abierto una luz de esperanza, pues el virus se volvió menos agresivo para garantizar su propia existencia (no matar al huésped le permite persistir).
Sin embargo, el SARS-CoV-2 ya mostró tener una alta capacidad de adaptación y mutabilidad. Y no se cansa, aunque haya personas agotadas de regresar por su mascarilla cuando la dejaron olvidada.
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