Para las víctimas de violencia sexual, sobre todo cuando este hecho se da en la niñez, puede tener efectos significativos, como aumentar el riesgo de adquirir enfermedades de transmisión sexual, sufrir problemas de salud mental, emocional y físicos como por ejemplo retrasos en el desarrollo cognitivo, afectar en el rendimiento escolar, surgir el abandono escolar y embarazos prematuros.
Los niños y niñas que sufren de abuso sexual suelen sufrir de estrés tóxico lo cual puede afectar la estructura y funcionamiento cerebral y cognitivo de por vida o en algunos casos posiblemente una vez superado el evento traumático puede manifestarse hasta la edad adulta.
Lo anterior demuestra el nivel importancia que tiene el tema de abuso sexual infantil, tomando en cuenta que la mayoría de estos casos surgen dentro del entorno familiar o el más cercano.
Se debe estar alerta a los cambios que los niños y niñas manifiestan cuando están sufriendo abuso o acoso sexual por parte de algún miembro de la familia; por ello como profesional de la psicología, invito principalmente al Estado e instituciones que velan por los derechos de la niñez a que sensibilicen a la población acerca del tema para prevenir este tipo de violencia.
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Y a los padres de familia, los invito a que salgan de su zona de confort y dejen a un lado los tabúes, en donde hablar de educación sexual no se vuelva algo negativo sino más bien que hablar sobre sexualidad con sus hijos e hijas sea una herramienta clave para defenderlos de los agresores, cuando por motivos mayores, como el trabajo o enfermedades, los lleve a dejarlos al cuidado de otras personas.
Enséñeles a sus hijos e hijas acerca de las partes privadas de su cuerpo, que nadie puede verlas, ni mucho menos tocarlas; que si eso llegara a pasar deben hablarlo con mamá o papá, aun cuando reciban amenazas.
Por favor siempre crea en lo que su hijo e hija le dice, no se vuelva parte del hecho de violencia, denuncie, pero antes edúquese y eduque a la niñez. Seamos los héroes de la niñez y adolescencia.