"Yo sabía que tenía que sacar a mis hijos adelante, tengo que trabajar", ese pensamiento es el que Elizabeth Vásquez de 26 años la impulsó a laborar después de haberse separó del padre de sus hijos.
Foto EDH/ Lissette MonterrosaElizabeth es la única mujer entre los 150 hombres de la Asociación de Carreteros Independientes La Tiendona (ACIT).
Foto EDH/ Lissette MonterrosaPero para desempeñar lo que actualmente realiza la joven tuvo que vivir varias experiencias, una de estas es cuando se separó en el mes de mayo de 2020 y después de convivir por cinco años del padre de su hija de tres años y de su hijo mayor de cinco.
Foto EDH/ Lissette Monterrosa"vamos a salir adelante, yo te voy apoyar en lo que pueda, me dijo mi mamá, entonces, en ese momento me dije, le tengo que dar de comer a mis hijos, gracias a Dios tenemos techo pero alguien tiene que traer la comida y pagar las cosas de la casa", sostiene.
Foto EDH/ Lissette MonterrosaUno de los primeros trabajos que Elizabeth tuvo en el mercado La Tiendona fue en la venta de refrescos.
Foto EDH/ Lissette MonterrosaElizabeth conoce a Luis quien trabaja en La Tiendona como cargador de productos identificados como carreteros. Con el tiempo se convierten en pareja y formaron una familia.
Foto EDH/ Lissette MonterrosaCuando se da esta unión, la joven se encarga exclusivamente de sus hijos y su hogar, la razón es porque su mamá ya no podía cuidar de los niños, sin embargo, no abandonaba la idea de apoyar económicamente a su pareja en un futuro cercano
Foto EDH/ Lissette MonterrosaEn una ocasión que sus hijos se encontraban bajo el cuidado de su padre, decide acompañar a Luis a las 2:00 de la madrugada a sus labores en el mercado, sin saber que ese sería su nuevo empleo.
Foto EDH/ Lissette Monterrosa" Al principio fue bien difícil, no tenía fuerza, inicié como ayudante. Me acuerdo que una vez me pusieron una caja de plátanos, me fui de lado, él me dijo tienes que tener coraje", en ocasiones la joven madre pensaba que servía más de estorbo que de ayuda para su pareja.
Foto EDH/ Lissette MonterrosaA pesar que era todo un reto y no tenía conocimiento de cómo desempeñar el trabajo de cargadora, Elizabeth no perdía la oportunidad de aprender y sobre todo de desarrollar fuerza para poder ponerse en los hombros la tan pesada carga de un saco de cebollas, una bolsa de zanahoria o una caja de plátanos que puede llegar a pesar entre 60 a 75 libras.
Foto EDH/ Lissette MonterrosaAl ver el esfuerzo y la necesidad de la joven, Luis le propone que se incorpore al gremio de ACIT y así lo hizo, pago la cuota de ingreso de $70, dinero que le prestó su pareja y de esa manera se convirtió en la única mujer de la asociación.
Foto EDH/ Lissette MonterrosaUna carreta de hierro de 3 metros con 80 centímetros, sería la compañera de trabajo de la cargadora, no sería fácil manejarlo entre compañeros de labores, compradores, tráfico de vehículos y ventas, sobre todo cuando aquellas calles del mercado se convierten estrechas por toda la actividad comercial.
Foto EDH/ Lissette MonterrosaElizabeth tiene clientes donde le envían la lista por redes, ella hace las compras de los productos y la envía por transporte público al destinatario.
Foto EDH/ Lissette MonterrosaElizabeth trabaja con su carreta, de tres a cuatro clientes por día, gana entre 15 a 25 dólares entre las 2:30 de la madrugada hasta las 6:00 de la mañana, labora los días lunes, jueves y viernes, el día sábado descansa y en ocasiones miércoles y domingo saca productos de uno de sus clientes.
Foto EDH/ Lissette MonterrosaPor el momento la joven, no pretende cambiar de trabajo ya que desde la 6:00 de la mañana que queda libre de su trabajo, llega a la casa a despertar a sus hijos, bañarlos, arreglarlos, les da su desayuno, prepara sus loncheras y los lleva a la escuela
Foto EDH/ Lissette Monterrosa"Sofía tiene 3 años a pesar de su corta edad , a veces llega uno con un dolor de cuerpo exagerado que no aguanta la espalda, los pies y quizá en el trabajo ha sido un día estresado y llega uno a su casa a desahogarse llorando y la niña si me ve llorar me dice, no llores mamá sé que estas cansada, pero no llores y ella llora conmigo"
Foto EDH/ Lissette Monterrosa" Estoy en este empleo porque me da la oportunidad de trabajar en la madrugada y tengo el resto del día para estar pendiente de mis hijos, hay mamás que trabajan de 8:00 de la mañana a 5:00 de la tarde, no pueden estar al cuidado de sus hijos, no tengo que pedir permiso a nadie para ir a ver qué pasa con mis hijos".
Foto EDH/ Lissette MonterrosaUna de las experiencias que la joven madre vivió con es Walter su hijo de 5 años es “el mayor me mira cargada, me dice mamá eso pesa mucho, ¡tú puedes!, ¡mamá que fuertes eres!, cuando crezca quiero ser así de fuerte como tú. La verdad me gusta llegar casa y ver que mis hijos se emocionan al verme”.
Foto EDH/ Lissette MonterrosaElizabeth acompaña a sus hijos al Centro Escolar República de Chile en San Salvador.
Foto EDH/ Lissette MonterrosaElizabeth, para despertarse, pone la alarma del reloj a las 1:40 de la madrugada en ocasiones le cuesta levantarse, pero ver a sus hijos que duermen se motiva para emprender un nuevo día de trabajo dejando a sus pequeños bajo el cuidado de su abuela materna, o de algún conocido responsable de la joven.
Foto EDH/ Lissette MonterrosaA pesar de la corta edad de los niños, ellos al ver cansada a la madre la consideran y la dejan dormir.
Foto EDH/ Lissette MonterrosaUna de las palabras más duras que escucha de parte de sus hijos es cuando le dicen “mamá no vayas a trabajar quedate conmigo esta madrugada, no te preocupes yo te voy ayudar a trabajar cuando yo crezca un poquito más”.
Foto EDH/ Lissette MonterrosaElizabeth comenta que los pequeños valoran el esfuerzo que hace por ellos
Foto EDH/ Lissette Monterrosa
"Sabía que tenía que sacar a mis hijos adelante". Conoce a la joven madre que carga bultos en La Tiendona
Elizabeth Vásquez, de 26 años, es madre de Sofia, de 3 años; y Walter, de 5. Actualmente trabaja en el mercado La Tiendona como cargadora, transportando el producto en una carreta. De esa manera apoya económicamente a su compañero de vida, Luis.