“Depende de la evaluación, el reforzamiento de una estructura puede prolongar su vida hasta por 50 años”, reflexionó Naburo Nara, quien es parte del grupo de expertos japoneses quienes muestran a profesionales en El Salvador diversas técnicas para reforzar construcciones.
La iniciativa, llamada Proyecto Hokyo, es coordinada por la Oficina de Planificación del Área Metropolitana de San Salvador, OPAMSS. La misma cuenta con el apoyo de la agencia de cooperación japonesa JICA y el acompañamiento de Protección Civil.
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Al esfuerzo, por el sector académico, se suman profesionales de la Universidad de El Salvador y la Universidad Centroamericana José Simeón Cañas, UCA.
“La importancia de replicar estos conocimientos en San Salvador es que la ciudad es el centro del país”, añadió Naburo Nara.
El proyecto fue puesto en marcha en marzo anterior y se prolongará hasta 2026.
Tras la preservación de la vida
La iniciativa es socializada o mostrada con motivo de la cercana conmemoración del terremoto del 10 de octubre de 1986.
Ese devastador movimiento telúrico cobró la vida de al menos 1,500 salvadoreños y causó graves daños en edificios públicos, privados, condominios y casas particulares.
Documentos del Ministerio de Obras Públicas, de aquella época, situaron en 70 la cifra de edificios inhabitables tras ese terremoto, la mayoría situados en San Salvador.
“La idea es preservar vidas, por medio del reforzamiento de edificios. Los prototipos han sido construidos a partir de estudios realizados por los expertos japoneses”, comentó la ingeniera Claudia Fuentes, técnica del área de desarrollo urbano de la OPAMSS.
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Esos modelos, a los que hace referencia la ingeniera Fuentes, fueron construidos en las instalaciones de la UCA y UES.
En el primer lugar la demostración se trata de dos columnas (de aproximadamente 15 metros de altura) y una viga (de similar dimensión pero horizontal), los tres componentes forman una inmensa “H”.
Además se muestra el proceso constructivo: el armado de la estructura en hierro, el encamisado y el posterior llenado con concreto.
Esa estructura será sometida a presión vertical y horizontal, hasta demostrar su resistencia real; los valores obtenidos durante el experimento serán documentados.
Mientras, en la UCA son expuestos seis modelos diferentes de reforzamientos. Esos muestran, a escala, la aplicación de hierro y fibra de carbón en columnas y vigas.
También se observa la aplicación de hierro con malla en paredes de ladrillos de concreto y de barro cocido, lo habitual es que esos materiales sean usados solo en columnas y vigas.
“El proyecto Hokyo tiene por objetivo desarrollar la capacidad administrativa y técnica de los profesionales salvadoreños para la evaluación sísmica y reforzamiento de estructuras existentes, que podrían haber sufrido daños por terremotos”, comentó Masaru Kozono, jefe representante de la oficina JICA en El Salvador.
Agregó que la asistencia hacia la OPAMSS en este proyecto ha consistido en facilitar expertos japoneses, y espera que al finalizar el proyecto sean elaborados manuales relacionados al reforzamiento de estructuras.
Evaluación pendiente
Para Luis Amaya, director de Protección Civil, es necesaria la evaluación de edificios y la identificación de riesgos en la zona metropolitana.
“Se debe actualizar la nomenclatura que en algún momento se hizo, el hecho de ver un edificio al que se le cayó un bloque o que tiene la porción de una loza fracturada, no es sinónimo que se va a derrumbar. Hay que hacer evaluaciones técnicas que determinen el posible colapso de una infraestructura, eso no pasa de la noche a la mañana”, explicó Luis Amaya, director de Protección Civil.
Consideró que “más allá de saber si están en rojo, amarillo o verde, a partir de proyectos como Hokyo, debemos ocuparnos de cómo reforzar, para disminuir riesgos de colapsos o garantizar que las personas puedan evacuar durante un evento”.