La pandemia fue el punto de inflexión de toda la humanidad. Algunos estaban solos en casa, otros con su familia, hubo quienes se enfocaron en trabajar y otros vieron la oportunidad de aprender algo diferente.
Ese último fue el caso de Fátima Dawson, una licenciada en Relaciones Internacionales que vio en el tejido la oportunidad de soltar estrés en el encierro, luego esa capacidad se transformó en su emprendimiento: Ancestral.
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Primero hay que poner en contexto qué es el macramé, esta técnica consiste en la elaboración de piezas en su totalidad con nudos por medio de las manos, mientras el croché ocupa agujas.
“En mi caso lo conocí en el tiempo de la pandemia, mi mamá no vive conmigo, entonces platicábamos o nos hacíamos videollamadas”, comentó esta eterna autodidacta, quien ha tenido una amplia diversidad de emprendimientos.
Afirmó que de un par de hilos que encontraron ambas en sus casas, comenzaron las clases a su manera. Fátima aseguró que su primera pieza para casa fue un portamacetero, que considera de las piezas más elementales para su construcción. Luego inició el aprendizaje por medio de videos en internet, y a medida la pandemia avanzaba más se especializaba en sus productos.
En 2021 comenzó la idea de “Ancestral”, que hizo explotar su creatividad: “El macramé permite hacer infinidad de cosas, podés empezar con un diseño en mente y en el camino cambiarlo y mientras hagas los nudos correctos ya tener la pieza única”, explicó.
Los productos que se pueden hacer son diversos, como bolsos, llaveros, portavasos, tapices y más; los materiales también varían, ya que ella ha experimentado con henequén, yute, poliéster, y el convencional hilo de algodón.
Haber emprendido elaborando salsas, bisutería, accesorios y una cafetería le han construido un carácter perseverante a esta artesana, quien hace algunos meses resultó ganadora de la categoría Negocios en el vigésimo quinto Congreso Internacional Emprendedor (CIES) 2022, realizado por el Centro Emprendedor de la Escuela Superior de Economía y Negocios (ESEN), con lo que obtuvo capital semilla para comenzar a emprender de mejor manera, en un negocio que requiere creatividad en su inversión, pero también un gran esfuerzo físico.
“Solo las piezas pequeñas se trabajan sentadas. Hay que estar cómodo, pero en el caso de la mayoría de piezas se trabajan de pie y como llevan metros de hilo se trata de ir poniendo la base en alto para que no quede demasiado hilo colgando y no se ensucie”, expresó Fátima sobre la complejidad que representa un trabajo de detalles y con un toque único y colorido que se observa a primera vista; además, es cuidadoso con el medioambiente.
Este emprendimiento se encuentra en Instagram y Facebook como ancestral.sv, que por el momento es la única vía de contacto con la emprendedora, quien espera en la prontitud contar con un punto físico de venta para que la población se deleite con sus productos elaborados a mano.
“No hay edad para empezar a emprender, uno puede emprender a cualquier edad. Simple y sencillamente que creas en lo que estás haciendo y confíes en vos mismo”, fue el mensaje optimista que envió la emprendedora del macramé.