La escritora salvadoreña nos invita a entrar a su momento a solas, ese instante en el que persigue el balance entre sus proyectos artísticos, el inglés y el español, y su trabajo en Kalina, editorial de la que es cofundadora y desde donde promueve el talento de artistas nacionales.
Estados Unidos fue su hogar desde los 4 años de edad. Allí es su patria, por el origen de su padre; su 'matria' es El Salvador. Fuerte, con su esencia reflexiva, brillante creatividad y preocupaciones naturales, no hay color que identifique mejor a Alexandra que el heredado de su madre y bisabuela como primer nombre: Violeta.
Al preguntarle sobre sus logros como escritora y mujer salvadoreña, Alexandra Lytton Regalado confiesa que "siempre soñaba con publicar un libro. Eso para mí fue un momento muy especial. No fue un camino fácil. Me tomó cerca de 10 años publicar ese libro”.
“Siento mucha satisfacción de saber que ese libro existe y que mi mamá, mi abuela y todas esas mujeres lo lograron ver”, resaltó en entrevista exclusiva para Mujeres, sin olvidar el valioso regalo del tiempo que le facilitaron las circunstancias adversas y la paciencia de sus 3 hijos y su esposo.
Su historia reciente y las vivencias familiares resguardadas resultaron fundamentales para escribir su primer libro, “Matria”, ganador en 2017 del St. Lawrence Book Award.
“Matria” está inspirada en la frase de la escritora nicaragüense Claribel Alegría, que dice: “Tengo matria y tengo patria”, y para la escritora y cinta negra en kenpo karate, “trata sobre historias de mujeres, es como un coro de voces femeninas; con mis historias mezcladas ahí”, indicó.
En su primer libro, “cada poema es como el nombre de una tarjeta, una lotería salvadoreña femenina tomando los títulos de elementos o personas icónicas para mí”, cada rol femenino que Lytton Regalado ha observado que juegan las mujeres salvadoreñas a raíz de encuentros espontáneos.
De suerte que dejar el título en español para poemas escritos en inglés es también parte de una personificación del juego de azar en el que cada mujer asume ser salvadoreña enfrentándose a sus propios retos cotidianos, explicó.
“Cuando uno lee el poema se da cuenta que puede tener más de un significado. No solo es "La enfermera", "La cachiporrista", "La mano", "La pupusera", sino que esa mujer juega múltiples roles”,
agregó la escritora salvadoreña.
Ella admite su fascinación por el color azul. Sus dolores y fuentes de inspiración como escritora y empresaria, también tienen lugar en una plática sincera acompañada de un té matcha japonés.
La lectura y la fotografía sostienen el proceso creativo de esta cazadora de momentos y respuestas de la vida. Y su matrimonio, hijos y amigos alimentan su espíritu y logros.
Su segundo libro, “Relinquenda”, ganador del National Poetry Series 2021, será publicado a mediados de octubre de 2022 por Beacon Press, la editorial que lanzó en 1962 la “New voices of Hispanic America”, una colección de historias cortas de escritores latinoamericanos, editadas y traducidas al inglés por Claribel Alegría y su esposo Darwin J. Flakoll.
Este nuevo libro incluye 47 poemas y está desarrollado a partir de lo que llama “impermanencia del cuerpo”, y discurre “sobre cómo podemos manejar el dolor”.
En su libro, Lytton Regalado se vacía en los cuestionamientos propios de “la ansiedad de un ser humano”, en cualquier tipo de relación cuando puede preguntarse “¿Será que he hecho suficiente?¿Será que dije lo que tenía que decir?”, señaló.
Inspiración maternal
El nombre de su segundo libro proviene de una palabra en latín que su madre guardaba en un cuaderno. Ella misma, al sufrir un ataque al corazón, se convertiría en la ocasión para comenzar a practicar el significado de aquella palabra en la noche de año nuevo de 2022.
Un día, la mujer que soñaba con regresar a El Salvador y comprar una casa en una montaña perdida, para retirarse y descansar, explicó a su hija Alexandra, que preguntó por el significado que guardaba aquella llamativa y armoniosa palabra.
"Relinquenda…", dijo, “es todo lo que tenés que dejar ir”.
Esta respuesta dejó fascinada a Violeta Alexandra, quien con el paso de los años vería que su madre nunca llegó a vivir en Relinquenda pero sí le transmitió el significado que terminaría por nombrar a su segundo libro y una actitud que admite seguir aprendiendo, para distinguir aquello que se debe mantener cerca “sabiendo que algún día las vamos a tener que dejar ir también”, puntualizó.
Los poemas de este libro no son de luto, sino más bien del dolor que se atestigua en el proceso de “deterioro grave acelerado” del cuerpo físico.
La editora de Kalina pensó en ello conviviendo en Miami con su abuela y su madre los cuatro meses que no pudo regresar al país debido al cierre de fronteras en febrero de 2020.
“Estar con ellas fue esa oportunidad que tuve para escribir este segundo libro”, agradeció. Su abuela falleció en octubre de 2021.
“En ese segundo libro me enfoqué bastante en la familia porque no tenía a mi esposo y a mis hijos cerca”, confesó, después de la muerte del padre de Alexandra en 2019 tras luchar durante seis años con dos tipos de cáncer.
En esos mismos años surgieron muchos de los poemas e historias que habitan en un libro que ya no es solo un sueño.
¿Qué se necesita entonces para escribir un libro y llevar adelante una editorial en El Salvador?
Alexandra Lytton Regalado aconseja a quien quiera comenzar a escribir poesía, conocer el arte del haiku japonés, sobre todo el trabajo del poeta Matsuo Basho, de quien asegura “es una excelente manera de iniciar porque todo es a través de imágenes. Y lo que no se dice es bien importante, porque todo es tan reducido. Entonces, ese espacio negativo también cuenta mucho en lo que se presenta”, que recuerda a uno de sus versos en el poema “Hija, una herencia”: Rosado el labio: rojo lo que decimos, blanco lo que no se dice.
Para escribir o hacer poesía “se tiene que tener mucha confianza en uno mismo, y coraje, y de veras ser una persona que no se va a dar por vencida”, advirtió la autora.
La apertura al trabajo en equipo también es importante para la propietaria de Kalina junto a su amiga Lucía de Sola y el artista Efraín Caravantes.
“Hay que confiar en un editor, en una persona que tiene la experiencia para guiarlo. Y también, saber en qué momentos uno tiene que ser terco en decir ¡No! ¡Así es! Porque eso es parte de ser un artista innovador”, agregó.
“Nadie te va a pagar por ser poeta. Entonces, es una cosa que uno la hace porque es necio, porque lo hace feliz en el momento, porque lo necesita”,
remarcó.
“Creo que uno tiene que ser una persona curiosa”, añadió Lytton Regalado, para quien la habilidad de observar, recordar y hacer preguntas debe cultivarse con especial dedicación.
“Está ocurriendo algo que debo de estar grabando” es un pensamiento que visita la mente y despierta el alma de escritora de Alexandra.
Así, procede a tomar una fotografía y, casi siempre, escribir algo a la par, el objetivo es destacar que se trata de “algo que no quiero olvidar”.
“Quiero, de alguna manera, transformarlo en una historia, en un poema o algún ensayo personal y cosas así”, explicó.
Otra faceta de Alexandra en la editorial Kalina es la traducción de textos en español al inglés o viceversa.
“Trabajar como traductora me ayuda mucho. Entonces tengo la ventaja de que lo que hago día a día lo amo y que fomenta mi vida personal e interna”,
valoró.
En Kalina, Alexandra y Lucía intentan mantener vivo el vínculo con la diáspora a través de textos bilingües y el diseño a cargo de talentosos salvadoreños adquiere relevancia en el atractivo de sus portadas y contenido con fotografía e ilustración.