La casa de modas francesa Balenciaga presentó el pasado domingo su colección para la temporada invierno 2022, sobre una gélida e impresionante ambientación que transportó a los asistentes a una tierra desolada y marcada por la tempestad. El desfile es parte de las presentaciones del calendario oficial de la Semana de la Moda de París que culminó ayer, sobre la capital francesa, ensombrecida por los tristes acontecimientos que se iniciaron el pasado 24 de febrero, después de que el presidente ruso Vladimir Putin diese orden de iniciar una invasión armada sobre el territorio ucraniano.
La colección lleva la firma del diseñador georgiano Demna Gvasalia, director creativo de Balenciaga desde el pasado 2015 y considerado como una de las figuras más influyentes del momento, dentro de la industria de la moda. La colección se presentó a lo largo de un desfile organizado en el interior del Parc des Expositions du Bourget, un espacio expositivo situado al norte de París, en cuyo interior se construyó una pasarela circular de 360 grados, desde la que el público, situado al rededor de su circunferencia, podía observar a través de una delgada pared transparentes el centro nevado sobre el que pasaron a desfilar los modelos.
TE PUEDE INTERESAR: Las semanas de la moda en Milán y Londres a la sombra de la guerra
Una experiencia inmersiva, a la que no dudaron en acudir figuras tan conocidas como la de una Kim Kardashian (imagen de la última campaña de Balenciaga) que asistió envuelta en cinta de embalar amarilla con las letras de la casa, y que en suma había sido ideada y modelada a modo de homenaje a Ucrania, y a su pueblo. Un tributo que empezó con unas camisetas con los colores de la bandera de Ucrania en cada una de las sillas para los asistentes, y que siguió con la lectura por parte de Demna de un poema en ucraniano de 1917, que él mismo se encargó de volver a recitar al cierre del desfile, y que alcanzó su punto álgido con un cierre sobre la pasarela, protagonizado por un modelo masculino vestido con el amarillo de la bandera de Ucrania, mientras una modelo femenina portaba un ondeante vestido azul, ambos en referencia a la misma bandera del país eslavo.
Un desfile dedicado a “la valentía, a la resistencia y a la victoria del amor y de la paz”, expresó el diseñador a la prensa. La casa de modas también se encargó de distribuir entre los invitados al evento una carta firmada por el propio Demna, en la que explicaba lo profundamente afectado que está al ver los eventos que están teniendo lugar en Ucrania desde el punto de vista personal.
Unos sentimientos, explica Demna, que le llevaron a barajar la posibilidad de finalmente cancelar la presentación de esta colección de Invierno de 2022, durante una Semana de la Moda de París a la que no dudaba en calificar de “absurda” en circunstancias como las actuales. Siendo este un extremo que terminó descartando, en una muestra de respecto hacia el trabajo de sus colaboradores, así como de compromiso hacia todo ese mismo personal y al papel que la casa de modas puede desempeñar, tanto como altavoz como impulsora de acciones decisivas de apoyo para los afectados por la guerra. Una población hacia la que se siente especialmente unido, desde su misma posición como refugiado llegado a suelo europeo en el marco del conflicto armado que igualmente Rusia ha mantenido abierto a lo largo de estos últimos años frente a Georgia. País en cuya región prorusa de Abjasia nació el diseñador en 1981, y del que finalmente huía junto a su familia hacia Europa, en su intento por escapar de los efectos de una guerra iniciada por Rusia en la región a principios de 1990.
TAMBIÉN LEE: ¡Prepárate! porque estos pantalones llegaron para reemplazar los jeans
“La guerra en Ucrania ha desencadenado el dolor de un trauma pasado que llevo en mí desde 1993, cuando sucedió lo mismo en mi país de origen y me convertí en un refugiado para siempre”, confiesa Demna a través de una carta personal e íntima. “Para siempre, porque eso es algo que se queda en ti. El miedo, la desesperación, la comprensión de que nadie te quiere. Pero también me di cuenta de lo que realmente importa en la vida, las cosas más importantes, como la vida misma y el amor y la compasión humana”, añade el diseñador georgiano.
“Esta es el motivo por el que trabajar en este desfile ha sido increíblemente difícil para mí. Porque en un momento como este, la moda pierde su relevancia y su derecho real a existir”, y “la semana de la moda se siente como una especie de absurdo”. Es por ello que “pensé por un momento en cancelar la presentación en la que mi equipo y yo trabajamos muy duro, y que todos esperábamos ansiosos”. No obstante, “luego me di cuenta de que cancelar esta presentación significaría ceder, rendirme al mal que ya me ha lastimado tanto durante casi 30 años”, y “decidí que ya no puedo sacrificar partes de mí por esa guerra del ego, sin sentido y sin corazón”.
En cuanto al sentido de las prendas y de la colección, con las que Demna siguió profundizando en su estética marcadamente urbana de prendas de líneas que borran las divisiones de genero, estas se presentaron a lo largo de un desfile que “no necesita explicación”, sentencia el diseñador georgiano. Sirviendo de este modo ambas, tanto la colección como el desfile, a construir conjuntamente una acción “dedicada a la valentía, a la resistencia y a la victoria del amor y de la paz”.