El Día del Niño es una oportunidad especial para honrar la inocencia, la creatividad y la energía que los más pequeños aportan a nuestras vidas.
El Día del Niño nos invita a redescubrir la inocencia y la alegría que los pequeños transmiten con sus juegos, ocurrencias y sueños, recordándonos la importancia de brindarles amor y protección.
Cada 1 de octubre, El Salvador se llena de colores y actividades para celebrar a quienes representan la esperanza y la imaginación: los niños, protagonistas de historias llenas de alegría y ternura.
El Día del Niño es también un viaje a los juegos tradicionales que marcaron generaciones. Una fecha para revivir esas tradiciones y compartirlas con quienes hoy dan vida a las plazas y parques del país.
El Día del Niño nos recuerda que cada pequeño merece crecer rodeado de cuidados, educación y momentos felices que fortalezcan su camino hacia un futuro lleno de oportunidades.
Más allá de las fiestas y regalos, esta celebración es un recordatorio del compromiso de la sociedad con el bienestar de la niñez, asegurando que cada niño crezca con dignidad y esperanza.