En medio del proceso de montar un régimen policial, como lo califica el padre Andreu Oliva, rector de la UCA, el bukelismo pretende ahora imponer más tributos vía alcaldías, una forma de tener ingresos que debieron servir para el FODES y que nadie dice qué destino tomaron.
Sin embargo, para dorarle la píldora a los salvadoreños, se anuncia una serie de proyectos que, como es costumbre, no es extraño que terminen en ilusiones:
—la reconstrucción de más de 5,000 escuelas que hasta ahora no se ve en concreto;
—la construcción no solamente de uno, sino varios funiculares para el transporte público, pese al fracaso de lo que fue el primero de ellos en el cerro de San Jacinto;
—un “ferrocarril elevado” que conecte varias zonas de San Salvador, ya que la idea de un tren metropolitano no parece viable debido a las características del subsuelo y la fragmentada naturaleza de nuestra capital;
—el hospital de mascotas fue otra de las realizaciones del régimen, pero en detrimento de la construcción del Hospital Rosales. Se trata de un hospital que tiene un presupuesto mayor que varios sanatorios y clínicas en el país, lo que implícitamente da a entender que las mascotas valen más para el régimen que los vecinos de esos lugares;
—esto en adición a los otros programas anunciados, desde el Tren y el Aeropuerto del Pacífico, la “Ciudad Bitcoin” y más cárceles.
Bloomberg publicó en su última entrega que la adopción del bitcoin por Bukele fue un estrepitoso fracaso, un desastre que costó al país doscientos y tantos millones de recursos públicos, pues el mandatario en ningún momento usó fondos propios en tales adquisiciones.
A causa de que el régimen se embolsó los fondos que las alcaldías recibían anualmente para operar, el FODES, las municipalidades están casi en la bancarrota e inclusive en algunos casos no pueden cubrir el salario de los empleados municipales, no digamos emprender obras necesarias o llevar a cabo servicios como la recolección de basura, mantenimiento de calles y cuidado de cementerios.
La respuesta del régimen es incrementar impuestos y amenazar con penas de cárcel a quienes no los paguen, lo que empeora la situación pues los grupos o personas que generan bienes, al ser apresados, dejan de hacerlo.
Subir impuestos en época de crisis —como lo hizo el anterior régimen al imponer 22 nuevos tributos— ha tenido consecuencias muy graves, entre ellas el que la mitad de la población esté en la pobreza, viviendo del día a día.
El desinterés por el desarrollo afecta a todos en nuestra sociedad
Al reducirse las campañas de vacunación, dejar de atender a las futuras madres, el que tantas familias no tengan suficiente para comer, afecta el desarrollo físico de la población, su inteligencia media, su mismo aspecto; dar palos de manera atolondrada, a diestra y siniestra, como está sucediendo con las capturas, repercute en el futuro de la nación, de sus pobladores, cuyo potencial humano se demuestra con los premios obtenidos por jóvenes en eventos internacionales de ciencia y tecnología.
No se conoce de ningún esfuerzo serio de parte del bukelismo para corregir el calamitoso rumbo económico, reconstruir el agro de las devastaciones sufridas, mejorar la enseñanza….
Lo único que interesa al régimen es el bienestar de su familia con el sostén de sus domesticados asambleístas, fiscales y jueces nombrados a dedo…