Alberto Fernández, presidente de Argentina, se pregunta ¿de dónde salen “los diablos” que suben los precios de todo”?
La regla es que el alza de precios es causada por la impresión de billetes de regímenes populistas, como viene sucediendo desde Juan Domingo Perón en Argentina.
Pero en estos momentos la agresión NO PROVOCADA del criminal de guerra Putin a Ucrania está desquiciando el abastecimiento de bienes en todo el mundo y en particular, el trigo que comen los africanos que en su mayor parte importan de Ucrania y asimismo de Rusia.
La guerra está sentando el cruel escenario de hambrunas en muchos países de África al igual que alzas de precios en el resto del mundo, incluyendo en la región centroamericana, que ya sufre de problemas desde que encalló el buque Evergrande en el canal de Suez, problemas acá como asimismo en Asia.
Cuando un bien esencial escasea, sea esto a causa de manipulaciones como ocurrió con las bolsas de alimentos que en teoría iban a ayudar a la gente que pasa calamidades pero que corruptos vendieron en el mercado, lo que reemplaza ese bien esencial, como el maíz a cambio del trigo, también sufre alzas... la cadena sigue imparable.
Los suministros son afectados y, por una regla simple, todo va a la alza, como los electrodomésticos, la vestimenta, los combustibles (otra de las consecuencias de la salvaje agresión del criminal Putin a Ucrania ), los repuestos de vehículos.
Como informamos en nuestra edición de hoy de Negocios, los panaderos salvadoreños están preocupados debido a que les han anunciado que a partir de este 1 de abril el precio de la harina aumentará al menos $3, lo que implica que llegará a costar $25 la bolsa de 50 libras.
La Mesa Nacional de Panificadores de El Salvador (Menapaes) mostró su preocupación porque sus agremiados les han comunicado que los proveedores de harina ya están anunciando que en abril habrá otro incremento de precios, por cada bolsa de 50 libras.
Pero las alzas también afectan a los insumos para producir el pan, entre ellos la manteca, explican los agremiados.
Todo por un solo individuo, resabio del totalitarismo soviético, que quiere poner en jaque al mundo libre y recomponer ese despanchurrado bloque de muerte, horror y ficciones.
Se dice que los asesores de Putin no se atreven a decirle lo mal que va la guerra para los rusos ni sobre el impacto de las medidas y sanciones de Occidente, sobre todo después de la reprimenda pública que le dio a su jefe de inteligencia delante del gabinete y las cámaras de televisión. Y él se siente tan campante de obligar a sus vecinos y clientes al pago del gas ruso en rublos, no en dólares ni en euros.
Los muertos, lisiados y la carestía le pasarán factura a los rusos por la demencia de Putin
La destrucción implacable de muchas ciudades de Ucrania, un arrasamiento total como el ordenado por Truman y Churchill contra Alemania cuando el país estaba vencido, pone al desnudo la naturaleza satánica del criminal de guerra, un malvado envenenador que miente permanentemente, que no mide las consecuencias que esa destrucción sin tregua tendrá sobre los mismos rusos, que ya sufren en su bienestar cotidiano a causa de las sanciones impuestas por los Estados Unidos y varios países europeos.
Se calcula que más de quince mil soldados rusos han muerto, lo que indica que el número de lisiados puede llegar a cuarenta o cincuenta, que muy pronto van a salir a la calle en Moscú y otras ciudades para exhibir su tragedia, el ser la carne de cañón de un maniático...
Esas muertes, esa destrucción, serán el Waterloo del maniático Putin...