En su inmensa mayoría los panameños oponen la minería que está causando graves daños al medio ambiente al extraer mineral “a cielo abierto”, llegando al extremo de iniciar la construcción de un puerto para facilitar sus operaciones.
El nuevo contrato de concesión aprobado por ley y promulgado el 20 de octubre está pactado a 20 años, con la posibilidad de renovarlo 20 años más.
Esto ha desatado multitudinarias protestas, en las que se ha denunciado que los permisos de operación se obtuvieron de manera cuestionada.
El gobierno está tratando de disipar la tormenta ofreciendo una “consulta popular”, pero la gente en las calles ya dijo que no lo aceptan y no disminuyen la presión.
Panamá ya ha pasado por su amarga cuota de figuras, incluyendo al individuo vinculado al narcotráfico que fue depuesto y capturado en un operativo militar estadounidense, en “aquellos añorados tiempos” en que figuras de la peor calaña fueron literalmente eliminadas del mapa, lo que por las señales que hay por ahora no va a ocurrir respecto a la demencial dictadura nicaragüense y otras que por allí se menean, entre ellas la narcodictadura que encabezan Maduro y sus generales.
Muy pocas naciones del mundo cuentan con la enorme variedad de diversas clases de vegetación como Panamá al igual que pequeñas y medianas especies de animalitos, reptiles, insectos, los que, Dios mediante, no serán víctimas del calentamiento global, un fenómeno que no es causado por actividades humanas cuanto por tormentas solares.
Solo Dios sabe si estamos al umbral de una nueva edad de hielo o a punto de volver a un deshielo global; los siglos de clima muy suave alrededor del año cero de nuestra era fueron el preludio de una mini-edad de hielo alrededor del siglo XVI, cuando pintores flamencos exponen paisajes nevados, lagos y ríos congelados, interiores donde la población se refugiaba para protegerse de las gélidas temperaturas, lienzos de Brughel algunos de los cuales pueden verse y deleitarnos en el Museo del Prado de Madrid.
Pero nadie sabe lo que el futuro nos depara, como lo dice en una canción la desaparecida gran cantante Doris Day: “The future is not ours to see…”.
Lo urgente por hoy, dicen los dirigentes de las protestas, es expulsar de Panamá a la minera canadiense, que entre otras cosas pretende que hay dos o tres países socios suyos, lo que viola las leyes panameñas y de todo país que se rige bajo un Orden de Derecho. Es impensable que una entidad comercial pretenda que sus socios son “Portugal” o “Barbados”…
Panamá es un emporio de verdor de especies vegetales y animales
Una visita a cualquier área boscosa de Panamá es suficiente para contemplar la riqueza cuasi sin límites de la vegetación, sentir su aroma, deleitarse con el paisaje desplegado frente a nuestros ojos.
Sus islas, el mar Pacífico descubierto por Balboa, el primer europeo que contempló su majestuosa inmensidad y en cuyo honor está nombrada la moneda panameña…
El país tiene una plétora de maravillas naturales y urbanas; la ciudad de Panamá es un Nueva York en pequeño por el gran número de rascacielos que se levantan y asombran a todo viajero que lo visita por vez primera…