El proyecto del criminal de guerra y envenenador serial Putin, de desencadenar una hambruna a nivel mundial bloqueando las exportaciones de granos de Ucrania, ha encontrado una respuesta negativa de parte de su compinche, el dictador chino Xi Jinping, que necesita esos insumos para que no se repita la gran hambruna de Mao, cuyas estupideces causaron la muerte de sesenta millones de chinos, confirmando así que las izquierdas radicales en el poder siempre hunden a sus pueblos en la miseria.
La hambruna china de esos años fue la segunda más grave de la historia reciente, ya que la colectivización de la agricultura por Stalin causó más de cuarenta millones de muertos, además de cercar a Ucrania y Georgia para que no pudieran recibir alimentos y confiscar la producción propia, lo que no se ha borrado de la mente de los ucranianos y su negativa a ser incorporados como un “territorio” más de Rusia.
Descuidar, perseguir o despojar a los agricultores de sus tierras inevitablemente conduce a que los países dejen de ser autosuficientes en alimentos, lo que casi inexorablemente espera a los salvadoreños por dos causas:
—la primera, la “reforma agraria” impuesta al país cuando Napoleón Duarte era presidente (1984-1989), lo que colocó en manos de gente sin preparación las mejores tierras, que de inmediato mataron ganado reproductor para literalmente hartárselo en barbacoas.
Como nos dice alguien, le partió el alma ver toros famélicos por los cuales había pagado decenas de miles de dólares deambular por las carreteras y no se sabe la suerte que corrieron más tarde.
Un caso que ilustra ese desastre es el de la hacienda La Carrera, en su momento un emporio generador de cosechas que daba empleo no sólo a centenares de trabajadores, sino a administradores, veterinarios, bodegueros y transportistas, además de consumir fertilizantes, utilizar maquinaria agrícola…
Nos dicen que La Carrera en la actualidad no es ni la sombra de lo que fue, al igual que Tierra Blanca, muchos cafetales, lo que constituyeron grandes plantaciones del oriente de la República.
Sólo el esfuerzo conjunto podrá enfrentar hambre y desastres
El segundo hecho es que El Salvador enfrenta un faltante de ocho millones de quintales de granos para alimentar a la población, sin que se sepa cómo puede solucionarse ni cómo se pagaría tal cantidad, dado el alto endeudamiento que se sufre, a lo que se suma el golpe sufrido con la compra de granos a mercaderes de Sinaloa a precios por encima del mercado.
Lo último fue el hallazgo de “paquetes agrícolas” de previas y la actual administración tirados en una barranca, lo que expone el grave problema que afrontamos, la amenaza que se cierne, en un momento en que por la supresión de la noche a la mañana de los municipios numerosas comunidades quedarán sin sus liderazgos naturales, los que podrían organizar a la gente para paliar el problema.
El dictador turco Erdogan ya dijo que “la guerra en Ucrania debe terminar” y que en ningún momento se prestaría para interceptar envíos de granos de Ucrania a otros países, lo que de cortarse causaría espantosas hambrunas en África…
No se sabe cuáles horrores puede causar la demencia de Putin, que entre otras atrocidades ha bombardeado la ciudad portuaria de Odesa —de donde se exportan granos y alimentos al mundo— y movido artefactos nucleares a Bielorrusia, demostrando que es capaz de dinamitar el mundo por puro orgullo, el orgullo de esa clase de bestias…