El escándalo del beso no solicitado y las expresiones obscenas de Rubiales sigue sacudiendo a España. Se informa que el expresidente de la Real Federación Española de Fútbol enfrentaría una nueva acusación y parece que no tendrá calma en mucho tiempo a pesar de haber renunciado al cargo.
Siendo justos se reconoce que Rubiales llevó a la selección femenina a galardonarse con un título mundial, pero no midió las consecuencias de un acto en un momento de euforia y triunfalismo.
Esta historia recuerda lo que se dijo después que Napoleón mandara asesinar a Condé: más que un crimen fue una estupidez, que en el caso de Rubiales enporcó un momento esplendoroso del fútbol y el deporte español.
Aleksander Ceferin, presidente de la UEFA, en una entrevista que ha concedido al medio esloveno N1, declaró que “cuando leo que es un delito grave, como abogado penalista me parece ilógico…”, aunque consideró que el proceder de Rubiales “fue inapropiado e imprudente”.
En esto también hay mucha hipocresía política: se dice que hay toda una larga fila de hombres y funcionarios que quieren rasgarse vestiduras y arrojarse cenizas sobre la cabeza como en los tiempos bíblicos, pero únicamente cuando haya periodistas o gente de algún relieve que tome nota de su incontrolable, casi cósmica indignación…
Los futbolistas brillan o no en las canchas dependiendo de los esfuerzos de sus técnicos y de las personas y organizaciones que durante años se ocupan de los pequeños y grandes detalles, como lo que el presidente del Real Madrid, Florentino Pérez, viene haciendo desde hace décadas, incluido una remodelación del estadio Santiago Bernabéu, que con ascensores mueve del subsuelo a la superficie las distintas clases de césped que mejor se adaptan a una particular condición climática que puede presentarse a la hora de un encuentro.
Nadie llega lejos en arte o deporte sino a través de rigurosa disciplina
Los romanos hacían algo similar en el Coliseo, tal vez el monumento más emblemático de esa extraordinaria cultura, nombrado así porque al lado se encontraba una estatua colosal de Nerón, el desquiciado y cruel emperador que llegó a asesinar a su propia madre. Fue su propia guardia pretoriana la que lo despachó al otro mundo.
Abajo del Coliseo, como ahora en el estadio Bernabéu, se encontraba todo un enjambre de cámaras y pasadizos, donde vivían los gladiadores, se encontraban jaulas con animales salvajes, se guardaba lo necesario para inundar la superficie del estadio y simular batallas navales.
Contrario a lo que se difunde por películas y leyendas, mostrando al emperador señalando con el pulgar hacia abajo si un combatiente debía morir y con el pulgar hacia arriba su merecía sobrevivir, la señal más bien calificaba el desempeño del gladiador vencido, pues los gladiadores eran esclavos, y si uno mataba al otro, el dueño del muerto tenía derecho a exigir una indemnización…
Los gladiadores, al igual que los y las futbolistas y los practicantes de todo arte y deporte, deben continuamente ejercitarse, ser exigentes consigo mismos, “sudar y sudar y sudar…”. Las estrellas miembros del equipo femenino español deben su triunfo tanto a sus excelentes dotes naturales como a la disciplina, al incesante esfuerzo, al cuido de sus cuerpo, a sus balanceadas comidas….