El recién nombrado embajador chino en Francia — vale decir representante de la cofradía de las más oprobiosas dictaduras— (China, Rusia, Irán, Birmania, Afganistán…) declaró que los países que fueron parte del ahora despanchurrado “bloque socialista de naciones” continúan siendo propiedad de Rusia, que no son países sino fragmentos del viejo imperio.
Las declaraciones han causado un rechazo inmediato de la Unión Europea, que desde la caída del estalinismo ha incorporado a esas naciones liberadas en su esfera; es impensable que Rumania, Bulgaria, los Estados bálticos estén para renunciar a sus libertades, su democracia y sus tradiciones para someterse al criminal de guerra y envenenador serial Vladimir Putin, que ordena asesinar o encarcelar a cualquier persona que oponga sus políticas.
Aunque luego el régimen chino se retractó, las declaraciones ponen al desnudo las pretensiones del dictador chino Xi Jinping, que busca arrogarse el derecho de disponer el orden internacional a su conveniencia, definir a quién pertenece un territorio, hasta dónde llega el mar de China (incluyendo las aguas alrededor de Taiwán)…
El régimen chino roba a su antojo tecnología, coloca cámaras en las viviendas de potenciales o reales disidentes, amenaza a sus vecinos…
Hace pocos meses Xi ordenó a sus guardias sacar por la fuerza de la asamblea plenaria del Partido Comunista Chino a su antecesor, en cuyo periodo se respiraron libertades y progreso. En igual manera, dueños de empresas billonarias, jóvenes que en una u otra forma oponen las políticas del régimen “desaparecen”.
Tanto Putin como Xi promueven una variante del comunismo que coexiste con una versión muy propia de la Economía de Mercado, la que en China fue introducida por Deng Xiaoping, el sucesor de Mao, que tuvo que vencer la fuerte oposición de la viuda de Mao y “la Banda de los Cuatro”. En China, al igual que en Rusia, hay producción que se rige por las normas del mercado, pero siempre que se pliegue a las directrices de la dictadura.
Grandes o pequeñas dictaduras son siempre infernales
El control sobre la población incluye la religión: hay iglesias “cristianas” y se celebran misas, pero esa fe está sometida por el régimen. Cuando uno de nuestros colaboradores, muy católico, visitó hace unos años China, la esposa de un embajador europeo le dijo que no frecuentara la iglesia, pues de hacerlo se exponía a ser detenido e interrogado, como sucedió a los judíos después de la caída de Granada en 1492: manipular una religión equivale a querer forzar a la gente a pensar como el dictador y su banda de secuaces quiere; “el Gran Hermano te vigila” y al hacerlo analiza lo que el siervo podría estar pensando… siervo casi de “gleba” como en el Medioevo con los fanáticos tatacuras que se ensoñereaban sobre ciudades y naciones.
Hace pocos días los enloquecidos y corruptos jefes militares que han tomado el poder por la fuerza en Birmania perpetraron una horrible masacre, lo que llevó a muchos de ellos a clamar que “nadie los defendía”, que estaban expuestos en todo momento a nuevas masacres, como en estos momentos sucede en Sudán a causa de la rivalidad entre dos generales que no vacilan en llenar de cadáveres las ciudades en su intento de hacerse con el poder sobre el país.
Al embajador chino en Francia se le salió la amenaza que enfrentan los pueblos, desde los minidespotismos, mini pero igual de salvajes, hasta los que pretenden controlar el mundo…