Después de un suceso como el del Estadio Cuscatlán, empieza el bombardeo de información y desinformación, con los comentarios de los que graban videos y los envían a sus contactos. Unas horas después viene las declaraciones, ruedas de prensa, señalamientos, promesas de investigación y con frecuencia, al final como dice el refrán, terminan pagando, “Justos por pecadores”.
Tanto si se trata de la presa El Chaparral, con las pérdidas y costos sociales de la falta de generación de energía desde hace muchos años, el retorno de la inversión hasta que funcione, si algún día funciona, los “justos” somos los “pagaimpuestos”, los pecadores son otros.
Y pasará también con la tragedia en el Estadio Cuscatlán… Si entran en el link sobre las tragedias en estadios, https://es.wikipedia.org/wiki/Anexo:Tragedias_en_estadios_de_f%C3%BAtbol
descubrirán, que en la última fila ya aparece la del sábado en el Cuscatlán y si leen las causas de otras tragedias, son similares: Sobreventa y falsificación de boletos, descoordinación de los responsables de la organización y puertas que no se abrieron, por instrucción, desconfianza o descuido de alguien con poder de mando. Ya hay lecciones aprendidas sobre lo que podía pasar.
Pero al tema que quiero llegar, es que en este, mi querido país, no se termina de entender y asumir la importancia de la prevención, se focalizan más en los beneficios propios y no piensan en los derechos de las otras personas, ni por que los tienen, ni por responsabilidad, ni por solidaridad.
Los causantes de los graves accidentes de las rastras, como desperfectos mecánicos, exceso de velocidad, irrespeto a las señales de tráfico; los de los buses y microbuses, que se le fueron los frenos, adelantamientos abusivos, sobrepeso, no son las víctimas, ellos son los “justos” , los “pecadores” son otros…
Este martes, caminando por el andén de la embajada de EEUU, una zona supuestamente bien vigilada, vi un microbús repleto de pasajeros, igual que las rastras de los accidentes, por lo menos a setenta kilómetros por hora, que si tuviera que frenar bruscamente, sería “otra tragedia”.
Y el miércoles, también con visión de “justos por pecadores” , suspenden la liga, que significa, hacer pagar a los “justos”, los jugadores que no son quienes provocaron la tragedia, ellos juegan y se esfuerzan por ganar los partidos, que seguro les reducirán sus ingresos. Y los aficionados, que durante la temporada los han venido acompañando y haciéndoles barra, no podrán disfrutar, ni desahogarse en los partidos. Ni jugadores, ni aficionados tuvieron que ver con las puertas cerradas o la desorganización, ellos son los “justos”, los “pecadores” son otros.
Las víctimas de los accidentes de las rastras, no tienen nada que ver con los desperfectos mecánicos, ni con que “se le fueron los frenos”…. Acérquense a una rastra o a los buses y verán muchas con las llantas lisas.
La sobreventa y falsificación de boletos es para ganar más. No hacer mantenimiento a las rastras y buses es para ganar más ahorrando el costo de mantenimiento y el sobrepeso en rastras y buses, es para ganar más en el viaje.
Y ganar más es lícito, en eso se basa el crecimiento, pero se debe hacer cumpliendo las leyes, las normas de seguridad, respetando los derechos de las personas, sin ponerlas en peligro y que no haya heridos ni fallecidos.
Una parte de la cultura salvadoreña, es que pensando que no sucederá, lo que ya se sabe que puede suceder, y ganar más ahorrando la inversión en prevención, no se previene y las consecuencias son mucho más graves. Compare la inversión en prevención de la tragedia, unas decenas de miles, con los millones de pérdidas económicas directas e indirectas y las frustraciones de suspender la liga… Así funcionamos, los “Justos pagan por los pecadores”.
¿A ver si aprendemos?
Ingeniero /pedroroque.net
Todo es más fácil y más sencillo con sentido común.