Estamos iniciando el segundo mes del año y corre el tiempo, no se ve una política ambiental con el rumbo correcto, después de nuestra pasiva participación como país en el COP26 en Glasgow, Escocia, sin compromisos contundentes para tomar con seriedad y afrontar el Cambio Climático.
¿Qué evitará que nos comprometamos como país? ¿Intereses que no conocemos? Debemos fijarnos como meta reducir las emisiones de Gases de Efecto Invernadero, pero para eso debemos cumplir las famosas Contribuciones Nacionalmente Determinadas (2021 -2025) que aún están en revisión de las autoridades ambientales. Estas contribuciones exigen acelerar cumplimientos y concretar metas. Lamentablemente vamos a paso de tortuga.
Ante la redacción de ese documento, que fijara postura por parte de nuestro país, deberán socar tuercas a sectores como el Transporte, que por muchos años se rehúsa a evolucionar en materia ambiental.
El Estado subsidia a este sector, además existe un impuesto que pagamos los salvadoreños que es la contribución al transporte de $0.10 ctvs. por cada galón de combustible, y de $400 a $500 dólares es lo que el gobierno compensa a cada unidad, el gobierno exige requisitos para la entrega de esa compensación, algunos como la revisión semestral de los automotores son muy someras, ante la observación de los mismos organismos internacionales que le piden beligerancia al país en esos temas de la Contribución Nacional Determinada hay cierta apatía por exigir al gobierno pronta acción. Con los préstamos millonarios que se obtienen en materia ambiental y de desarrollo sostenible ya es tiempo de tener un sistema de transporte público renovado, movilidad eléctrica al servicio de la población, dignificando el servicio y que no se vuelva un atentado diario para los peatones. En conclusión hay apatía sistémica, no hay una entidad que estimule o aliente a reaccionar, aun las mesas de Cambio Climático.
Cuando la primera cooperativa de transportistas presente la primera flota de buses eléctricos, vamos a ver con satisfacción que los compromisos ambientales en el área metropolitana van caminando y van llegando a la meta. Lamentablemente lo que muchos organismos internacionales no alcanzan a descifrar es que el tema de subsidio al transporte es más de carácter político que ambiental.
Teniendo instalada aun la infraestructura ferroviaria, el ferrocarril ahora es un museo, el ambicioso proyecto SITRAMSS quedó como emblema del fracaso gubernamental, perdió la ciudadanía la oportunidad de encaminarse a ser una ciudad más sostenible. Es tiempo de despertar, que los discursos sean efectivos y las buenas intenciones de los organismos sean concretas. No podemos seguir estancados en un modelo del siglo XX. Debemos evolucionar como región, en materia ambiental, el SICA acompaña a todos los países, por medio de la Comisión Centroamericana de Ambiente y Desarrollo la cual sería oportuno conocer sus avances. Pese a que la región centroamericana representa un 0.35 % de las emisiones a nivel global, no podemos seguir deteriorándonos, no tener políticas de descarbonización y seguir deforestando sin control. Más acción y menos contaminación.
Publicista y ambientalista/Chmendia