No, no pregunto cuántos amigos virtuales tienes en Facebook, sino cuántos amigos reales que conoces personalmente y con los que mantienes contacto social. Digamos, las personas que invitarías a una gran fiesta que estés organizando. Esa cifra, según el antropólogo británico Robin Dunbar, es aproximadamente 150. En ciencias sociales la cifra se conoce como el Número de Dunbar.
En la década del Noventa, el Dr. Dunbar advirtió una correlación entre el tamaño del cerebro de los primates y los grupos sociales que formaban: a mayor tamaño del cerebro, mayor el tamaño de esos grupos. Planteó la hipótesis de que mientras mayor el tamaño del cerebro, más el poder de recordar, y por tanto, interactuar con un mayor número de amistades. Extrapoló sus hallazgos al tamaño del cerebro humano y llegó a la conclusión de que el límite natural para la cantidad de relaciones significativas que los humanos pueden tener es 150. También habría un límite absoluto de 1,500 para el número de personas que podemos identificar a la vista.
El profesor Dunbar explica que generalmente tenemos hasta cinco amigos íntimos —a menudo miembros de la familia— diez en el próximo círculo de cercanos, treinta y cinco en el siguiente y finalmente un grupo de cien. Estima que dedicamos el 40% de nuestro tiempo social al núcleo interno de cinco amigos, y otro 20% a los diez amigos del siguiente círculo, de modo que en total dedicamos aproximadamente el 60% de nuestro tiempo social a solo quince personas. Otros investigadores han encontrado que las predicciones del Dr. Dunbar parecen ser ciertas, y el Número de Dunbar ha suscitado interés en la antropología, psicología evolutiva, estadística, administración de empresas y planificación militar.
Por ejemplo, la compañía que produce los productos Gore-Tex descubrió que si más de 150 empleados trabajaban en un mismo lugar, se producían problemas sociales diversos, perjudicando la cohesión del conjunto. La compañía comenzó a construir centros de trabajo con un límite de 150 empleados. Cuando fuera necesario ampliar la producción, se construiría otro edificio de 150 empleados. Conforme a lo anterior, las compañías en la mayoría de los ejércitos no tienen más de 150 soldados.
Las plataformas en línea como Facebook están cambiando la naturaleza de las interacciones humanas. En las redes sociales se puede tener más de ciento cincuenta amigos, pero no se puede replicar la experiencia del vínculo social cara a cara. Si falta esa proximidad no podemos establecer amistades profundas.
El Dr. Dunbar explica que la cantidad de capital social que poseemos tiene un límite, porque requiere inversión de tiempo. Cuanto mayor sea el número de personas con las que interactuamos, menor será el capital social promedio dedicado a cada persona. La gran interrogante social es qué sucederá con una generación que aprecia las interacciones virtuales de manera igual o preferible a las amistades “a la antigua”.
Los científicos sociales temen que las nuevas generaciones, al dedicar tanto tiempo en línea, no obtengan la experiencia cara a cara necesaria para desarrollar habilidades efectivas de interacción social. Irónicamente, a pesar de plataformas como Facebook, o quizás debido a ellas, entraremos en un futuro de personas menos competentes socialmente. No tenemos idea de las implicaciones de tal cambio en las relaciones políticas, sociales o económicas.
Sin embargo, la tecnología también puede venir al rescate. Por ejemplo, las gafas inteligentes con reconocimiento facial, desarrolladas por varias compañías, nos permitirán identificar cualquier rostro. Esas gafas tienen cámaras, integradas en el marco, que escanean el rostro del otro para compararlo con una base de datos. Con tecnología de reconocimiento facial, el nombre de la persona que miremos se puede leer en el mismo lente de las gafas. Los promotores afirman que esas gafas inteligentes pueden identificar rostros en menos de un segundo.
Con esas gafas yo pudiera identificar a cualquier persona en la próxima fiesta sin tener que admitir que no la recuerdo. Mi círculo de amigos se expandiría considerablemente y podría superar el Número de Dunbar. Acepto que necesito esas gafas. [©FIRMAS PRESS]
*El Dr. José Azel fue Investigador Senior en el Instituto de Estudios Cubanos y Cubano-Americanos de la Universidad de Miami, y es autor del libro Mañana in Cuba. El último libro del Dr. Azel es Libertad para Novatos.
*JoeAzel@me.com