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OPINIÓN| Rusia ataca a Ucrania: así comenzó la Segunda Guerra Mundial

Si la comunidad internacional reunida en la OTAN se para en firme e inicia una nueva guerra ¿cuál será su desenlace? ¿Estamos frente las puertas de una nueva guerra de contención como la Guerra del Golfo cuando Irak invadió Kuwait o estamos frente a algo peor?

Por Maximiliano Mojica
Abogado, máster en leyes

A muchos de nosotros, ciudadanos occidentales, los movimientos militares rusos ordenados por el presidente Putin evocan una inquietante similitud a lo que fue la “Crisis de los Sudestes”, un evento precursor de la II Guerra Mundial.

La “Crisis de los Sudetes” es el nombre que se le dio a los sucesos que tuvieron lugar del 1 al 10 de octubre de 1938 en relación con los “Sudetendeutsche”. Así se le llamaba a una minoría étnica en Europa Central que estaba formada por alemanes que por entonces vivían en determinadas zonas de Bohemia, Moravia y Silesia oriental, dentro de Checoslovaquia, una zona que durante mucho tiempo había formado parte del Imperio Austrohúngaro hasta su desaparición tras la I Guerra Mundial.

Luego de la anexión de Austria por la Alemania nazi, ocurrida en marzo 1938, Hitler se erige como defensor de alemanes de Checoslovaquia, desatando crisis; de la misma forma que en este siglo, Putin se erige como “defensor de las minorías rusas” que habitan los territorios que alguna vez pertenecieron al extinto imperio soviético: Estonia, Letonia, Bielorrusia, Moldavia, Crimea, Georgia y… Ucrania.

De forma similar a la actitud mostrada por los “separatistas ucranianos”, el “Partido Alemán de los Sudetes” promulgó los “decretos de Carlsbad” en abril de 1938, los cuales exigían autonomía y libertad para separarse de Checoslovaquia y anexarse Alemania… situación terriblemente similar a los sucesos actuales a donde separatistas ucranianos desean anexarse a Rusia. Por las buenas o por las malas.

Desesperados ante la amenaza de una nueva guerra —ya que a penas se estaban superando las profundas heridas y destrucción causadas por la primera Guerra Mundial— las democracias occidentales y especialmente la británica intentan apaciguar a Hitler y deciden ceder antes sus pretensiones territoriales para evitar un nuevo conflicto. Para ello, el primer ministro británico, Neville Chamberlain, intenta negociar con Hitler el 16 de septiembre de 1938, en Berchtesgaden, donde a cambio de acordar lo que pronto se conoció sería una endeble paz, se accedió a permitir la cesión de amplios territorios fronterizos a favor de Alemania.

No obstante el tratado de paz firmado con Inglaterra, Hitler nunca detuvo su sed de conquista y expansionismo. A menos de un año de haberse comprometido a no exigir nuevos territorios y a respetar la paz internacional, invadió Polonia el 1 de septiembre de 1939. El desenlace ya lo conocemos: fue el inicio de la II Guerra Mundial con sus 40 millones de muertos, campos de concentración y variopinta estela de devastación y sufrimiento en vastos territorios.

Ahora estamos al borde de una crisis similar a escala internacional, respecto a la que no sabemos cuál será su desenlace. ¿Con tal de evitar los horrores de una nueva guerra mundial, aceptarán las democracias occidentales ceder a las pretensiones dictatoriales neocolonialistas de Putin respecto a Ucrania? Las consecuencias internacionales de esa pregunta no son tan sencillas como se pueden esperar a simple vista.

Ya que al ver la facilidad con que el Kremlin conquista nuevos territorios ante la pasividad del mundo libre, ¿qué ocurrirá con Taiwán respecto a China? ¿También nos sentaremos a ver las pantallas de CNN cuando los buques artillados chinos rodeen la isla? Y si en esas estamos, tolerará el derecho internacional que cada país desee expandirse sobre cualquier territorio respecto al cual tenga reclamos históricos ¿Guatemala sobre Belice? ¿Colombia sobre Panamá? ¿México sobre Texas?

Pero si la comunidad internacional reunida en la OTAN se para en firme e inicia una nueva guerra ¿cuál será su desenlace? ¿Estamos frente las puertas de una nueva guerra de contención como la Guerra del Golfo cuando Irak invadió Kuwait o estamos frente a algo peor?

Existen dos tipos de guerra internacional: de contención del enemigo (como la de Corea y Vietnam) y de destrucción del enemigo (como la I y II Guerras Mundiales). La I y II Guerras Mundiales fueron terribles… y eso que en ese entonces no existía la amenaza nuclear. Una nueva guerra, no de contención sino de destrucción, tendría consecuencias imprevisibles y de seguro a gran escala de sufrimiento para la humanidad.

Esperemos que el sentido común sea el verdadero triunfador en este conflicto.

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