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¿Innecesario el examen sicológico para conducir?

Si se analizan las diez primeras causas de los accidentes de transito es posible colegir los denominadores comunes siguientes: falta de educación vial, falta de cumplimiento del Reglamento de Tránsito, falta de educación, falta de concentración y sobre todo de responsabilidad frente al volante.

Por Rodolfo Chang Peña |

Hace aproximadamente unos diez años se introdujo en los requisitos para obtener licencia de conducir vehículos automotores por primera vez la aprobación de un examen psicológico, aunque nunca se mencionó un argumento consistente que justificara la medida. Según parece tampoco se pensó que una prueba de esta índole solamente detecta y naturalmente el solo detectar no conduce a nada, ni mejora ni corrige nada.

Amigos que obtuvieron su licencia por primera vez me comentan que ante una pantalla les ordenaron responder aproximadamente unas veinte, quizás treinta, preguntas. Que les dieron un tiempo determinado, aproximadamente veinte minutos y que varios compañeros lograron responder en menos tiempo. Algunas interrogantes eran generales y otras sobre como debían de reaccionar ante determinadas circunstancias y en supuestos escenarios, algunas eran capciosas y otras las repetían al final.

Un interrogatorio que explora poco sobre todo en la forma como se lleva a cabo no puede considerarse examen psicológico y no pasa de ser un sondeo superficial que no produce conclusiones ni aporta información valiosa utilizable. En efecto dependiendo del propósito que se investiga la prueba deber ser conducida por un Psicólogo, requerir de muchas mas interrogantes según el caso incluyendo repreguntas y observaciones adicionales, reuniones presenciales con el especialista, etc. Una vez complementada la recopilación de la información, procede el análisis que puede consumir algún  tiempo para luego finalizar en conclusiones y recomendaciones que son de utilidad para el terapeuta.

No aporta mayor información preguntar a alguien que está tranquilo, cómodamente sentado, con tiempo para concentrarse, pensar y analizar varios opciones, sobre qué haría en determinadas circunstancias. Este tipo de preguntas deberían de replantearse y explorar en otra forma porque en la realidad, el conductor a menudo no tiene tiempo para tomar la mejor decisión ya que está pendiente del semáforo, del vehículo que tiene delante, de la motocicleta que se le atraviesa,del limpiador de parabrisas y de los peatones indecisos que se cruzan y se arrepienten, etc.

El supuesto examen psicológico que les hicieron difícilmente constituye herramienta para identificar y detectar perfiles de individuos como los siguientes: (1)  El prepotente, agresivo, intolerante que siempre quiere pasar primero despreciando a los que esperan con paciencia; (2) El que no asume la responsabilidad del mantenimiento del vehículo, todo lo deja para después y si  le ocurre un accidente argumenta que “ya convenía” y no lo achaca a su irresponsabilidad y dejadez; (3) El alcoholista crónico que incurre en su debilidad en feriados, asuetos y fines de semana, deambula “medio bolo” en balnearios, estadios, reuniones, etc. Y prefiere pagar multas, ir a la carcel o al hospital a cambiar de actitud y estilo de vida.

  • El despistado que desconoce los sentidos de las calles, mucho menos la nomenclatura, utiliza los accesos de entrada para salir y viceversa y cuando busca una dirección circula en retroceso en forma descuidada; (5) El distraído crónico fanático de la estridencia, conduce pendiente del teléfono celular, no atiende las señales de transito, por ir distraído se le apaga el motor en los túmulos y se retarda para pedir vía o para iniciar la marcha; (6) El típico descortés que se estaciona en los espacios de otros, hace maniobras temerarias, lanza basura por la ventanilla, se siente con derecho a estorbar y se abre paso a bocinazos y mentadas de madre;(7) El fanático de la velocidad, etc. etc.

Si se analizan las diez primeras causas de los accidentes de transito (distracción, invasión de carril, irrespeto a señales de tránsito, no guardar distancia reglamentaria, velocidad excesiva, circular en reversa, conducir en estado de ebriedad o bajo los efectos de drogas, adelantar en forma antirreglamentaria, inexperiencia, impericia y efectuar giros incorrectos) es posible colegir los denominadores comunes siguientes: Falta de educación vial, falta de cumplimiento del Reglamento de Tránsito, falta de educación, falta de concentración y sobre todo de responsabilidad frente al volante.

Estos hechos que son señalamientos objetivos y concretos deberían ser insumos para los test, exámenes, pruebas y ejercicios para los futuros conductores. Realizar un verdadero test psicológico es impráctico por su complejidad y la duración en tiempo. Considero más relevante enfocar en forma intensiva el aprendizaje a profundidad de las normativas de tránsito, educación y seguridad vial y elevar el nivel de responsabilidad en la conducción de automotores.

Médico.

KEYWORDS

Opinión Psicología Reglamento General De Tránsito

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