PUESIESQUE…de nuevo enviaron de vacaciones a Europa al vicepresidente, a fin de cumplir al señor Félix Ulloa su sueño de andar viajando con gastos pagados con fondos públicos, alojarse en hoteles de lujo, saborear la gastronomía española y francesa y, por supuesto, cobrar los viáticos.
Así que, como el señor Ulloa ha estado en estos días en países que constituyen monarquías, no descartemos que dicho señor potenciará su doble papel de nigromante y cazador de artículos ocultos, y que a su regreso dirá que ha descubierto otro artículo escondido de la Constitución, el que -según él- permite el establecimiento de una dinastía familiar dictatorial en El Salvador, esto es, en el caso concreto, la instauración de un bukelato, expresión indicativa de un régimen que- según Estados Unidos- es, simultáneamente, criminal y corrupto, a lo que debemos añadir violador de los derechos humanos, incapaz, vulgar y mal gusto.
Me explico: toda la propaganda del régimen para aducir que la Constitución permite la reelección presidencial inmediata es una distorsionada desinterpretación del ordinal 1º del artículo 152 de la Constitución, alegando que el “período inmediato anterior” al período presidencial 2024-2029 es el período 2014-2019 y no 2019-2024. Por supuesto, es evidente que semejante alegación es un disparate, una vulgar alteración de lo dispuesto en la Constitución, pero los súbditos de Casa Presidencial (CAPRES) insisten en ello.
Ahora bien, si seguimos la “absurda lógica” de Ulloa, que asegura que el ordinal 1º del artículo 152 de la Constitución no se aplica al actual inquilino de CAPRES, no descarto (casi apostaría, pero no tengo esa costumbre) que próximamente el señor Ulloa dirá que en su último viaje a Europa descubrió otro artículo escondido de la Constitución: el ordinal 2º del artículo 152 de la Constitución y que, entonces, sí puede instaurarse en el país una monarquía, en la que el poder se transferiría a familiares o, en otros casos, a testaferros.
Les cuento: esa disposición señala que no puede ser candidato a presidente de la República, “El cónyuge y los parientes dentro del cuarto grado de consanguinidad o segundo de afinidad de cualquiera de las personas que hayan ejercido la Presidencia en los casos del ordinal anterior”.
Como según Ulloa, el ordinal 1º del artículo 152 de la Constitución no se aplica al actual presidente de la República, él dirá entonces que, del mismo modo, ni la cónyuge, ni la madre, ni los hermanos, ni los tíos, ni los primos del presidente actual están impedidos de ser candidatos a presidente o a vicepresidente de la República.
En otras palabras, para expresarlo en términos concretos, como a decir de Ulloa, el señor Bukele sí puede presentarse como candidato a presidente en el período presidencial inmediato (2024-2029) que sigue el período que está ejerciendo (2019-2024), de la misma forma, las prohibiciones del ordinal 2º del articulo 152 de la Constitución no aplican a los parientes del señor Bukele, así que ellos podrán ser -en la insensatez de Ulloa- candidatos a presidente o a vicepresidente.
Nótese el desatino de los argumentos de Ulloa: en la misma “lógica” que afirma que Bukele sí puede ser candidato en 2024 pero que el profesor Sánchez Cerén no puede, dirá que la esposa o los hijos del profesor no pueden ser candidatos, pero que la esposa o los hermanos de Bukele sí pueden ser candidatos a presidente o a vicepresidente (incluso, al mismo tiempo que el actual inquilino de CAPRES).
Por supuesto, tanto social, política como jurídicamente, la alegación de Ulloa es una atrocidad, pero como al régimen lo único que le interesa es la permanencia en el poder para continuar despilfarrando los fondos públicos, apostaría que ese será el próximo artículo escondido que Ulloa saldrá diciendo que descubrió en su último periplo en Europa.
Vean, pues, como la actual kakistrocacia -gobierno de los peores- y cleptocracia -gobierno de los corruptos- busca, con esto de la reelección presidencial inmediata, no únicamente permanecer cinco años más en el poder, sino que, al modo de los antiguos principados absolutistas europeos o en cercanía con los emiratos de Oriente Medio, quieren establecer una dinastía familiar, en la que el líder mesiánico y su familia piensan quedarse varias décadas en el poder.
El Salvador ya padeció, entre 1914 y 1928, una especie de dinastía familiar, en la que las familias Meléndez y Quiñonez Molina ocuparon alternativamente el poder, pero la familia del presidente quiere romper ese lapso, quedándose en el poder -como lo aseguró uno de los amigos de esa familia- al menos unos cuarenta años.
Así que ese es el triste y vergonzoso papel del señor Ulloa: amén de intentar justificar violaciones masivas a derechos humanos, quiere ser uno de los “constructores” de la próxima dictadura en Centroamérica.
Quizá el señor Ulloa, como vivió un tiempo en Nicaragua, desea repetir en El Salvador, la práctica del dictadura Ortega-Murillo; o, como seguidor de movimientos de izquierda, era un admirador del régimen cubano, quiere que en el país se repita el “modelo” de los hermanos Castro: por supuesto, nada de propuestas económicas de pensamiento de izquierda, sino -simple y llanamente- la toma y práctica autoritaria del poder.
Abogado constitucionalista.