El arte urbano tiene la capacidad de reflejar memorias y experiencias y, aunque para muchos este es un tema novedoso, tanto el muralismo como el arte urbano poseen una larga trayectoria. Aunque en El Salvador no ha existido una tradición de muralismo, sí ha habido numerosas obras de arte en el espacio público realizadas por pintores, muralistas y escultores salvadoreños como Carlos Cañas, Valentín Estrada o Violeta Bonilla, autora del Monumento a la Revolución, conocido popularmente como “el Chulón”.
Con los años (después de 1980) se empezó a considerar el rol del arte en la regeneración urbana, al desencadenar procesos sociales, económicos, ambientales y psicológicos de beneficio para la comunidad. El arte urbano reconoció la importancia de involucrar a las comunidades, llegando a niveles de participación tan profundos que la colectividad toma total protagonismo.
En San Salvador, tres intervenciones realizadas por Glasswing International, con el apoyo de la Agencia de los Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (USAID), bajo el proyecto Imagina, nos muestran la importante contribución del arte mural en la revitalización urbana.
El primer caso es el de la comunidad Santa Lucía, ubicada en el Centro Histórico de San Salvador. Imagina, junto a la comunidad, realizó un conjunto de intervenciones para recuperar el espacio público con mobiliario urbano, iluminación, construcción de una cubierta para la gruta de Santa Lucía y una intervención de muralismo participativo que incluyó juegos para niños y niñas y una galería comunitaria. En esta galería, la comunidad reconstruyó su historia y soñó su futuro. Se plasmaron los rostros de líderes, niños y niñas que en un futuro guiarán a la comunidad. La intervención se ha vuelto una atracción y una oportunidad para que antiguos habitantes, que hoy residen en el extranjero, rememoren su pasado a través de este mural. El área intervenida es ahora un punto de encuentro, hoy es común decir “reunámonos en los murales”.
Imagina realizó también una intervención de placemaking sobre la Calle Delgado, en el corazón del Centro Histórico. Se trata de una alfombra mural que se extiende desde el mercado ex cuartel hasta la actual Nave Cine Metro, y rompe con la barrera socioespacial entre el Centro “recuperado” y este sector de la ciudad, invitando al visitante a recorrer “dos cuadras más”. Esta intervención tuvo como base el contacto con las y los vendedores de la zona con un proceso participativo que permitió seleccionar el diseño.
Finalmente, la tercera contribución del arte urbano busca revertir el deterioro urbano , reducir la estigmatización y combatir la fragmentación social en la Plaza Zurita. En esta zona limítrofe de pandillas, el trabajo comunitario se vuelve indispensable. El equipo de Imagina ha procurado desarrollar la confianza y un diálogo continuo, para tomar acuerdos y recoger las necesidades y aspiraciones de los habitantes para transformar su barrio.
Cada una de las intervenciones mencionadas, implementadas por Glasswing y USAID, ha sido acompañada con actividades dinamizadoras como el cine comunitario, festivales de baile, actividades culturales y talleres para niños, para reducir la estigmatización y la fragmentación social, recuperar el sentido de pertenencia y fortalecer la identidad. Y también para tejer de mejor forma el futuro en una ciudad que busca reinventarse, lo que nos indica que el arte urbano aún tiene mucho por ofrecer a los habitantes de la ciudad.
Arquitecta, Magíster en Arquitectura y candidata a Doctora en Desarrollo Urbano y Regional. Actualmente colabora con Glasswing International.