Salvemos el Lempa y la Laguna de Metapán
Qué bellos parajes de hermosura con los que cuenta nuestro terruño; pero, lamentablemente, han ido disminuyendo con la despiadada deforestación causada por el propio ser humano -desagradecido e incomprensivo-, pues la tala de árboles cada vez peor y otros descalabros, están haciendo desaparecer aquella hermosura de los otrora paisajes que embellecían las tierras de nuestro querido El Salvador.
Los ríos y los lagos son hermosos recursos naturales que además de embellecer el paisaje de la campiña, abastecen de agua y de alimentos a los seres vivos, que dependemos directamente de estas fuentes de vida, sin las que no podríamos existir.
La madre Naturaleza nos los ha proporcionado y valen más que todo el oro del mundo; por lo tanto, debemos estimarlos, protegerlos y conservarlos, por la vida en sí misma.
Recuerdo que cuando niños, nuestra madre -maestra de profesión-, trabajaba en le escuelita de San Jerónimo, pueblo fronterizo con Guatemala, jurisdicción de Metapán, en el departamento de Santa Ana.
Y cuando viajábamos con ella a Metapán, con mi hermano Mauricio, lo hacíamos en ferrocarril, y qué belleza al mirar por las ventanas del tren, aquellos paisajes inolvidables a la orilla de la laguna, en donde garzas blancas, y otras aves lacustres, adornaban aquellos inolvidables parajes de encanto y ensoñación,
Y el ganado que pastaba a las orillas hacía más interesante aquel ambiente de regocijo.
Qué bellos parajes de hermosura con los que cuenta nuestro terruño; pero, lamentablemente, han ido disminuyendo con la despiadada deforestación causada por el propio ser humano -desagradecido e incomprensivo-, pues la tala de árboles cada vez peor y otros descalabros, están haciendo desaparecer aquella hermosura de los otrora paisajes que embellecían las tierras de nuestro querido El Salvador.
Recordamos a la Asociación de Amigos de la Tierra, de hace medio siglo, que abogaba realmente por la conservación de nuestros bosques, lagos, ríos y montañas. Y uno de sus integrantes fue don Napoleón Viera Altamirano, cofundador de este rotativo, con su esposa doña Mercedes Madriz de Altamirano.
Don Napoleón, amante de la Naturaleza, fue un férreo defensor de los recursos naturales, y en sus editoriales siempre abogaba por la preservación de la madre Tierra (“La Pacha Mama”, de nuestros indígenas), cuando se daba cuenta de la destrucción de la arboleda y de otros abusos que el peor depredador -el hombre mismo- ocasionaba en las zonas rurales del país.
Por eso, defendamos la pureza de nuestros ríos, lagos y otros parajes nuestros, como el río Lempa y la Laguna de Metapán.
La laguna está afectada por ninfas y aguas turbias.
Veamos lo que dice el reportaje del periodista Carlos López Vides, de EL DIARIO DE HOY, del martes 15 de marzo de 2022: “El caso de la Laguna de Metapán es crítico, Así lo explica Rina Calderón, una voluntaria en el sitio Ramsar, desde 2006 lucha por frenar la contaminación en el lugar”.
“Esta alta contaminación conecta con el lago de Güija y sigue hasta el río Lempa, llegando hasta la Planta Las Pavas-Torogoz, y desde allí hasta los chorros del 70% del Gan San Salvador. Además, en la laguna entran las aguas negras y grises de Metapán”.
“Y el Lempa está perdiendo toda su posibilidad de vida, y por el deterioro, en el año 2100 será un río intermitente, y en verano ya no veremos el río, sino un lecho totalmente seco, de lo que fuera un caudaloso río. Esto, según estudios de universidades de Europa y de los Estados Unidos de América”.
Conservar los recursos naturales es conservar nuestra propia vida. ¡Sí, señor!
Maestro, psicólogo, gramático.
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