Negar, minimizar, ignorar los problemas ambientales en una ciudad compleja como la nuestra, que crece desordenadamente, es una forma de eludir la realidad en la que todos estamos inmersos. Y a veces las autoridades de turno comienzan a roer alternativas que generaran un impacto mínimo. Sin embargo, por algo se tiene que comenzar.
El tema de la contaminación por cables es realmente alarmante en nuestra capital. En uno de los tantos días que uno pasa en su automóvil por la ciudad de San Salvador, prácticamente acostumbrado a la inmovilidad vehicular, la que nos permite apreciar tanto el progreso como el caos ciudadano, me hizo observar por el sector de la colonia San Benito: los postes cargados de cableado enrollado lo que es realmente descomunal, unos postes doblados por el peso de estos cables, definitivamente es grotesco para el paisaje, forma parte de la contaminación visual urbana y el desorden .
Un músculo de construcción, con el respectivo ejército de obreros municipales de cascos celestes , se han instalado en los alrededores de la famosa Zona Rosa, como abriendo trincheras para instalar cableado subterráneo y una espacie de pozos de concreto y unas tuberías azuladas de gran diámetro. Por falta de información o comunicación no tan bien definida, no se sabe cuándo culminarán dichas obras ni cuándo habilitarían el carril que ha sido ocupado para que los camiones mezcladores y bobcats remuevan tierra y viertan concreto. Pero si esta acción es para poner bajo control ese grave problema del cable en los postes y la saturación de este material sin duda vale la pena tener paciencia. Con esa cantidad desbordada de cable enrollado existe más demanda de estructuras como postes de concreto que poco a poco van quitando el espacio ciudadano, atentando con la misma seguridad de las personas y que en poco tiempo se convierte en abuso.
Cuando escuché por primera vez hablar de un proyecto de una ciudad sin cables, fue durante la administración municipal (antes de la actual) en la que ya se había evaluado la problemática de este tipo de contaminación, porque —hay que decirlo con bases técnicas— ya se trata de un tipo de contaminación.
También hay cableado que se debe depurar y que ocupa espacio innecesario, cuanto pagaran las empresas por ocupar este tipo de espacios, postes, estructuras, etc. Y estos postes llevan de todo, cable del tendido eléctrico, telefonía, internet, etc. Cuando una fuerte tormenta hace estragos como años atrás Eta e IOTA, donde muchos árboles cayeron sobre cables, botaron postes, muchas personas se quedaron sin internet y cable por varios días, en las calles se miraban cuadrillas de trabajadores de estas empresas jalando a pura fuerza humana, tensando dichos cables y restableciendo el servicio, lo mismo sucede cuando algún conductor borracho se va a estrellar contra uno de estos postes y lo tumba, deja incomunicado a todo un sector, y en la mayoría de los casos los irresponsables no pagan los daños.
En los alrededores del parque Cuscatlán está pasando lo mismo, la colonia Flor Blanca es un caos, y la famosa calle Sexta-Décima Poniente, también ha sido intervenida, y también se puede apreciar que es la misma dinámica de colocar cableado subterráneo, a los alrededores del Gimnasio Nacional. Obras muy cercanas al gran pulmón por excelencia que tienen los capitalinos: el Parque Cuscatlán. Todas estas obras que tienen un objetivo claro de prepararse ante un magno evento de belleza en el que nuestro país será sede muy pronto y que generará el interés por nuestro país como potencial turístico. Se debe tomar en cuenta el respeto del espacio ciudadano, como históricamente ha sido dicho parque, que exista una armonía con este espacio cuya importancia en captura de carbono es importante, sin ceder ni un centímetro de su espacio a intereses temporales o pasajeros, ya que el espacio ganado por los ciudadanos es inviolable y merece el respeto de cualquier autoridad de turno.
En X @Chmendia.