Parece algo anormal dos días en honor de la lucha contra el cáncer: el Día Internacional contra el Cáncer 4F y el Día Internacional contra el Cáncer Infantil el 15F.
A muchísimos hogares salvadoreños este flagelo les ha cercenado a un ser querido; sin embargo, debemos conocer la importancia de tales fechas, pues hay equipos multi disciplinarios de profesionales que luchan con fuerzas físicas, emocionales y a veces espirituales para ganar una batalla muy desigual.
El cáncer mata a más de quince personas al día, supera con creces a las víctimas de la violencia social y a muy pocos parece importar. Debemos entender que esta enfermedad no tiene predilección por un sector social, edad, sexo, por ser hombre o mujer, vivir en el área urbana o rural; sencillamente llega hace sus estragos y en la gran mayoría de casos mata.
No se puede dejar a un lado el enorme trabajo realizado por el Dr. Raúl Lara, quien a pesar de tanto esfuerzo no pudo ver el sueño de su vida convertido en una realidad, ese momento que cambie la vida del salvadoreño y que en un mes tenga un diagnóstico acertado e inmediatamente comience a recibir el tratamiento oportuno.
Es claro que las ventajas del diagnóstico y tratamiento precoz traerán beneficio para ese paciente y el de los familiares, que al escuchar la palabra “cáncer” no entienden, no saben qué hacer.
El cáncer nos arrebata seres queridos que, a pesar del atinado diagnóstico, sucumben ante la burocracia de un sistema de salud que, por el momento, tiene enfocadas sus prioridades en el tratamiento del #Covid_19. El cáncer no debe observarse como algo que merece el uso de una camisa de tal color. ¡Es que el cáncer no tiene color! Y debe el Estado, como la población, comprender la importancia de que se retome la propuesta de Raúl Lara, que luchó por esa Ley.
Conozco a tantas personas que, a pesar de una holgada situación económica, se derrumban ante la falta de claridad, la burocracia, el tardío abordaje de una enfermedad, que no da tiempo. ¡Qué decir del cáncer en el área rural! Las personas afectadas prefieren morir en su casa, antes que andar en ese sin rumbo que, no les ofrece nada.
Debe el presidente hacer efectiva la Ley del Cáncer y así, ponerse del lado del enfermo; el dolor, el sufrimiento y la muerte qué bueno fuera que los asesores del presidente le aconsejaran que día a día el país pierde a tantos salvadoreños ha causa de una enfermedad que se puede vencer, nadie dice que es fácil pero basta con retomar la propuesta de ley de la lucha contra el cáncer.
El Salvador del ayer, donde poco importa invertir en la prevención, no cambió, todo se queda en espectáculos. La vida se pierde ante la indiferencia de las autoridades. Pareciera que todo está bien, mientras casi seis mil salvadoreños fallecen cada año datos oficiales, sin contar el subregistro y sin contar los que no fueron diagnosticados y a nadie le aterra esas cifras tan altas donde se supera a cualquier tipo de muerte por la causa que sea.
No debemos esperar a vivir en carne propia la tragedia del cáncer, todos de una u otra forma sabemos o conocemos a una familia cercana, a un amigo que lucha una batalla tan desigual pero quizá hasta que la bomba explote en nuestro entorno, será que quizá tomemos partido por la vida.
La pandemia terminará, con ese altísimo costo que hemos pagado en vidas, valores, sueños, pero el cáncer seguirá causando estragos, y debo remarcar: que un país pierda a quince pacientes cada día habla ante la tragedia que vivimos y por tal muchísimas cosas no dependen de nosotros sino de darle vida a la ley que se propuso, salvar vidas y dejar a un lado las frías estadísticas.
Recordemos que nadie está exento del cáncer y, como tal, es obligación y prioridad hacer ver alas autoridades de salud que estas líneas tienen un destino: que el paciente con cáncer deje de ser una estadística más y, que el presidente dé efectividad a esa ley que el Dr. Raúl Lara impulsó. Todos ganaremos. No se trata, repito, de réditos políticos sino de vidas humanas.
Médico.