¡Un último paso para una mejor experiencia!

Para brindarte un servicio más ágil y personalizado, necesitamos que completes tu información de facturación.

Actualizar mis datos

Historias que importan, gracias a lectores como tú

El periodismo que hacemos requiere tiempo, esfuerzo y pasión. Cada reportaje es para mantener informado y contar historias que marcan la diferencia

Sucríbete y obtén acceso a contenido exclusivo

  
Suscribirme
EPAPER Elecciones en Venezuela|Harris vs. Trump|Dengue|Alza precios alimentos|Selecta

Las manos del tiempo en la nada

Por Carlos Balaguer | May 02, 2022- 20:23

“Nada” -en el dialecto estelar de la Divina Luz- era nuestro sonido primordial o resonancia interior del Atman o alma. En la cosmogonía bíblica “Adán” –el primer ser humano que refiere Génesis— es “Nada” si lo leemos al revés como anagrama. Por otra parte “Eva” -la primera mujer- es “Ave” si se lee de derecha a izquierda. La nada, pues, estaba en nuestro interior como en el mismo espacio interestelar. “Nacimos allá y allá volveremos” –dijo Karuna (Gracia) en lengua veda. Y por gracia de la deidad cósmica habríamos sido creados. “Polvo de estrellas eres y a él volverás” –dijeron las mareas. Mientras tanto, las manos del Tiempo habrían escrito lo que llamábamos “Destino” que es nuestro transcurso en la “rueda del tiempo” (Kalachacra) -ley del “eterno retorno”. De esa manera “Amrita” –el espíritu inmortal—nos condujo hasta los arrecifes de nuestro renacimiento, más allá de nuestra extinción como seres terrestres. El tiempo –al igual que la luz— es atrapado por la ley geofísica de la gravedad. Por tanto, el poderoso campo magnético en Akala, habría detenido el tiempo en nuestras ilusorias vidas. (XLIV)

 

KEYWORDS

Filosofía Literatura Juvenil Opinión

Patrocinado por Taboola

Utilizamos cookies para asegurarte la mejor experiencia
Cookies y política de privacidad