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Guerra Israel-Hamas: la onda de choque en los países arabo-musulmanes

¿Podrá Israel erradicar a Hamás, como intentó con el Hezbollah, establecido en el Líbano y apoyado por Irán? Es el nudo de la guerra, versión política de un conflicto abierto por el Hamás el 7 de octubre pasado y que tiene el potencial de transformar el Medio Oriente.

Por Pascal Drouhaud
Politólogo, presidente LATFRAN

La guerra llevada por Israel contra el Hamás en la franja de Gaza, desde los ataques terroristas del 7 de octubre pasado, provocó varias consecuencias sobre las posiciones de los países árabes y musulmanes. Pone en relieve la complejidad de un contexto de seguridad tanto como geopolítico.

Cómo olvidar que varios de ellos estaban involucrados en una aproximación de relaciones con Israel antes de los ataques del 7 de Octubre pasado: Báhrein, Emiratos Árabes Unidos, Marruecos había firmado en 2020, los acuerdos de Abraham mientras Arabia Saudita había anunciado negociaciones con Israel poco antes de los atentados. Desde entonces, se pudo observar nuevas posiciones en los países árabes: a excepción de Marruecos y de los Emiratos Árabes Unidos, ningún país condenó el acto terrorista de Hamás. Más bien, mientras Israel declaró la guerra en Gaza contra la organización que administra la franja desde 2006, se desarrollaron las críticas contra el Estado hebreo. Se puede graduar actitudes en función del peso de las opiniones públicas, de los riesgos regionales y de una voluntad en reforzarse y crear un frente contra Israel como es el caso de Irán.


El canciller iraní Hossein Amir-Abdollahian declaró en Turquía con su homólogo Hakan Fidan, en respuesta a los bombardeos israelíes contra objetivos del Hamás en Gaza, el 1 de noviembre pasado, que “nuestro primer deber” como musulmanes y países árabes consiste en imponer un embargo sobre los productos israelíes y estar más atentos al envío de los combustibles y mercancías a Israel, para ponerles fin . Y por cierto, 28 días después de los ataques del Hamás, las tensiones regionales se refuerzan. Mientras Tzahal, el ejército israelí anunció el 2 de noviembre pasado haber rodeado Gaza, “centro de la organización terrorista del Hamás”, las brigadas islamistas Ezzedine al-Qassam, el brazo armado de la organización, afirmaron que la franja se volverá “una maldición” para Israel, mientras las operaciones terrestres siguen en “infiltración cada vez más profunda”.


Militarmente, se estimaron a 800 los kilómetros de túneles construidos desde hace años por el Hamás y constituyendo tantas infraestructuras hostiles. Pero la guerra contra el Hamás, en Gaza, acelera movimientos políticos en varios países del vecindario: Arabia Saudita anunció el jueves 2 de noviembre pasado una campana de colecta de fondos para los palestinos de Gaza. El propio Rey Salmane ben Abdelaziz Al Saud hizo un donativo de $7.5 millones de dólares. El parlamento de Túnez empezó debates sobre un proyecto de ley que considera como un crimen, sancionado con una condena a prisión, una normalización con Israel. Podría penalizar “cualquier acto intencional, implicando comunicación, contacto, propaganda, conclusión de contactos o cooperación, directamente o indirectamente”, por personas físicas o morales de nacionalidad tunecina. El parlamento de Báhrein anunció “suspender” sus enlaces económicos con Israel y llamó a consulta su embajador, aunque el propio gobierno no haya confirmado esta decisión. El Rey de Jordania no condenó el ataque terrorista del 7 de octubre. Declaró, en el Cairo, Egipto, el 20 de octubre pasado, que el conflicto “no había empezando desde hace dos semanas y no parara si seguimos sobre este camino sangrienta”.


La Organización de cooperación islámica basada en Djeddah, Arabia Saudita, reuniendo 57 países musulmanes, no condenó los ataques del 7 de octubre aunque la mayoría de estos países tienen relaciones difíciles con el Hamás, a parte de Catar. Dichos eventos han cambiado el mapa regional, demostrando que el tema palestino queda siendo en el centro de la problemática.


El despertar internacional es trágico: muchos pensaron que era una “guerra de baja intensidad”, con una normalización política con países emblemáticos. Hoy en día, Israel tomó conciencia de la situación y se ha vuelto “amenaza existencial”. Muchos usan la palabra de “sobreviviencia” después de años, durante los cuales los eventos regionales pudieron dar a pensar que la temática palestina se podía “disolver” en temas de actualidades globales: estos últimos 15 años, se vivieron las primaveras árabes, la guerra en Siria, ataques terroristas, la guerra contra Daesh y Al Qaeda…


Varios países se vuelven el centro de la situación conflictiva que vivimos: Egipto teniendo la única salida para los habitantes de Gaza. Pero, la región del Sinaí queda inestable para el presidente Abdel Fatah Al Sissi que tampoco puede recibir la población de Gaza mientras Egipto, con sus 110 millones de habitantes, debe enfrentar fuertes desafíos económicos. Catar tiene un papel céntrico sobre el tema de los 241 rehenes todavía a manos del Hamás, teniendo relaciones con dicha organización y financiando, de acuerdo con Washington, el sistema de vida cotidiana en la franja desde hace años. Sudán, quien normalizó sus relaciones con Israel, vive una guerra civil desde abril pasado.


¿Podrá Israel erradicar a Hamás, como intentó con el Hezbollah, establecido en el Líbano y apoyado por Irán? Es el nudo de la guerra, versión política de un conflicto abierto por el Hamás el 7 de octubre pasado y que tiene el potencial de transformar el Medio Oriente. El tema palestino reveló, a la luz, fracturas políticas profundas que pueden tener consecuencias sobre “el orden mundial” organizado desde el fin de la Segunda Guerra Mundial. Las posiciones en América Latina sobre el tema rompen con una postura globalmente abstencionista sobre la guerra en Ucrania.


Movimientos de fondo se producen y, como lo dijo el presidente Biden a su homólogo chileno, Gabriel Boric, el 2 de noviembre pasado, pueden tener consecuencias “para las próximas décadas” sobre el sistema internacional y el equilibrio mundial.


Politólogo francés y especialistas en temas internacionales.

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