Elipsis del tiempo inscrita en la piedra
En nuestro remoto origen interestelar quedaron atrás tanto las luces como las cicatrices de la Historia humana. Si hubiésemos querido volver al planeta Tierra -que una vez nos abrigó- hubiera sido sumergiéndonos en el “nidra” -que es el sueño profundo de todo lo perdido. Las inscripciones en los muros de la isla del mar Rasa -que encontramos mi amada Karuna y yo- eran antiguas. En una de ellas, repito, se leía la confesión de un tal Sícilo, relatando el regreso a sí mismo, después de cruzar cientos de años luz en el espacio sideral. Otra inscripción esculpida en la piedra –firmada por un tal capitán La Salle- decía: “Aquí estuvo el almirante que condujo la fallida expedición terrestre. Obedeciendo a nuestra imperfecta naturaleza humana, perdimos por igual el rumbo de nuestro destino. Pero éste ya estaba escrito en las estrellas. Nuestra odisea fue tan sólo un soplo en el tiempo; un desaparecer de la utopía. Ruego su perdón.” Faltaba leer otras inscripciones. “Ya estuvimos aquí, hace milenios –dije a Karuna. Hemos vuelto en la elipsis cuántica, rompiendo la ley de Causa y Efecto. Efecto que era otra causa”. (IL)
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