La vida es una rueda, porque el tiempo y el universo son circulares. Y ha sido la rueda misma el mayor descubrimiento de la humanidad. La rueda impulsó la historia; la carreta tirada por los caballos del tiempo. La vida es la rueda de la fortuna que gira y gira sin parar. Algunas veces estaremos arriba y otras abajo. Es la naturaleza de los altibajos. Unas veces riendo otras llorando; unas caído y otras vencedor. El gran vencedor de cada día. El gladiador desconocido… Vamos por la vida como niños felices en la Rueda de Chicago, la “roda viva” de la suerte. Cuando estamos arriba todos los demás ríen, gritan, aplauden, vitorean, sueñan… Es cuando somos triunfadores del mundo, vencedores del inmenso sueño… Cuando todos ríen, aplauden, te elogian, te acompañan… jubilosos, cercanos y distantes… valga la paradoja. Pero cuando la rueda baja, todos se van, dejándote enteramente solo bajo la luz de las estrellas del parque de diversiones. Es cuando fracasas o caes derrotado, pierdes posición, admiradores, risas, vítores, aplausos… Decides no bajar. ¡Un día volverá a subir tu sueño!
Solos en la rueda de la vida
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