Sí, si únicamente vemos hacia abajo, nunca veremos bellezas de la Naturaleza, como el hermoso y colorido arcoíris, verdadero regalo de Natura, como nos regala las flores, las aves canoras, el Sol brillante, la Luna plateada, el verdor de la campiña, los ríos. los riachuelos , el mar con su maravillosa extensión y otras maravillas que son un regalo del mismo Dios.
Veamos hacia abajo solamente por una necesidad, por ejemplo, para no caernos en un hoyo o, por cualquier otra causa que nos pueda acarrear algún accidente.
Veamos siempre hacia arriba, hacia los lados, donde está el azul del firmamento infinito; hacia los lados, donde no haya algún obstáculo que pueda perjudicarnos.
Del arcoíris, fenómeno natural de singular belleza, se han creado anécdotas como la que dice que los perros, al morir, surcan la curvatura del arcoíris, porque al final, ellos hallarán la felicidad completa, la alegría y el contento que jamás encontraron en vida, aquí en el mundo terrenal.
Como sabemos, el arcoíris tiene los siete colores del espectro solar: el amarillo, el rojo, el verde, el naranja, el violeta, el blanco y el azul.
Es que Naturaleza es tan sabia, perfecta y ordenada, que jamás se equivoca: los días los ha distribuido en 24 horas perfectas, con las noches de 12 horas; las estaciones del año, con cuatro períodos exactos: primavera, invierno, otoño y verano. Cada uno con sus respectivas cosechas de frutos en la bendita tierra.
Y hay lugares en donde, en el invierno, en vez de caer lluvia, Natura manda la nieve, esa nieve blanca, como la pureza de Dios.
Y hay otro misterio en la nieve: cada copo de nieve no es igual al otro, entre los miles de trillones que hay en la blancura de la nieve. Realmente, un misterio.
Los científicos que estudian los fenómenos del medio ambiente no se han podido explicar el porqué de las diferencias entre los bellos copos de nieve.
Y como la Naturaleza, en sí, en todo es bella, veamos lo que famosos pensadores dicen acerca de la belleza misma:
Theófile Gautier: “Si la belleza constituyera el único mérito de las mujeres, todas las feas deberían ahorcarse”.
Ramón de Campoamor: “La belleza sólo está en los ojos de quien mira”.
Goethe: “La belleza en las mujeres, nada significa por no ser con frecuencia otra cosa que una máscara fría. Yo sólo admiro al ser en quien palpita con fuerza la vida; allí hay la verdadera belleza”.
Rubén Darío: “La belleza de la obra de arte no consiste única ni primeramente, por tanto, en la belleza que puede poseer la realidad reproducida, si no en la belleza de la forma en que la presenta el artista, en la belleza de la emoción personal, en ella reflejada, o, lo que es lo mismo, en la belleza de la expresión”.
Vamos, pues, un mundo en el que por todos lados hay belleza, hay vida, una vida fructífera, una vida rica en salud, en bienestar, colmada de paz, alegría y felicidad. Así veamos el mundo en que vivimos. ¡Sí, señores!
Maestro, sicólogo, gramático.