Se presume que fue el Cromañón el que sustituyó al Neandertal en las remotas estepas celtibéricas, cuando el hombre moderno estaba por emerger desde la evolución natural hacia la conquista del planeta. Se cree que la superioridad del cromañón en su inteligencia y primitivas formas y técnicas de supervivencia fue diezmando al Neanderthal. No obstante, los naturalistas coinciden en que las dos especies se fusionaron en la lejana prehistoria. El cromagnon se sintió atraído, según el ADN primitivo, por las hembras neandertales. Hoy, la raza humana está en un cambio brutal, hacia un nuevo orden global, que dará lugar a una nueva humanidad que surja desde las sombras de la historia. Después de llegar a su máximo esplendor esta civilización colapsa para dar lugar a una nueva era. Es así como el hombre de la guerra (el “Homo Bellum”) y el hombre de la paz (Homo Pacem) definen el futuro de la humanidad y del planeta. Así vemos volver al cromañón desde sus guerras sin gloria, como en las antiguas conquistas de desaparecidos imperios. Como ayer, enarbolando el crucifijo o la swastika nazi, sus misiles y sus banderas teñidas de sangre. Alto el precio de la paz. Desmedida su locura y soledad entre el fuego de sus misiles y la sombra funesta de sus ciudades impunemente destruidas.
Del Homo Sapiens al Homo Pacem de la evolución
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