La leyenda surgió cuando el llamado “robot sapiens” o “robo-sapiens” nació en los quiméricos laboratorios de ingeniería robótica e inteligencia artificial (IA). Primero las máquinas “inteligentes”, sustituyendo al ser humano en las fábricas y luego los robots, suplantándole en sus trabajos riesgosos como manipular materiales nucleares, desactivar minas o internarse en los intersticios de una pirámide egipcia para redescubrir alguna momia ancestral y sus tesoros. Cada vez los robots se parecen más al hombre o es el hombre quien se está convirtiendo paulatinamente en una máquina. Desde sustituir en su cuerpo ojos de mercurio, dientes de porcelana, huesos de aluminio, marcapasos, válvulas de plástico, artificiales brazos electro-neurales hasta microchips insertados en su piel. Una a una la humanidad moderna va sustituyendo sus piezas deterioradas por las milagrosas piezas artificiales. Esto conlleva a la robotización del sapiens de la misma manera que a la humanización de la máquina. La misma inteligencia artificial de sus máquinas cibernéticas irá sustituyendo a sus recargadas y obsoletas neuronas. En esta mutación de la ingeniería natural -usada en las cruentas guerras del milenio- los hombres irán maquinizándose cada vez más hasta llegar a la deshumanización, la crueldad e indolencia del dolor y la paz.
Deshumanización del sapiens virtual
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