Es real ese otro lado azul turquesa del cristal. Como real tu rosa y su tristeza detrás de aquel espejo. Aunque lo mires lejos. Muy lejos. Es verídico su encanto, su reflejada imagen. Aunque nos duela lejos. ¡Tan lejos como su nostalgia! “Nostalgia”que deviene de “algia” (dolor) y de “nostas” (nuestras). Es decir, nuestro dulce y secreto dolor de rosal. Ese mismo que vemos y se pierde alguna vez en resplandores y espejismos. Como el espejismo de amar. Aunque parezca lejano. Al otro lado de la vida, del tiempo, el muro y el espacio. Es real, pues, nuestro sueño en el cristal. Como también su dulzura, belleza y dolor en el vidrio azogado. El que no puede romper la tempestad, el tiempo ni el silencio. Como la misma cumbre y el mismo cielo de inalcanzables. Si pones tu mano sobre el cristal es a ti mismo a quien tocas. Y -aunque no puedes traspasar su sonrisa- sigue siendo real. Es la vieja costumbre de buscarte. Ya tras los ventanales o en los charcos de la lluvia del deseo. Es real, pues, tanto la rosa como su candor, aroma y su tristeza. Al morir abierta en su esplendor, antes que la marchite el tiempo. Aunque al tocarla en el cristal palpes tu mismo corazón, rosa extranjera. Es real entonces la rosa del espejo y su nostalgia azul. <palabrasbalaguer.facebook.com>
Nostalgia de la rosa del espejo
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