EL DIARIO DE HOY suele publicar desplegados de seres vivos, entre plantas y animales que se adaptan al medio en que viven, como aves marinas, peces en los manglares, los manglares mismos que saben adaptarse a los pantanos donde viven, pájaros que se adaptan al 0 medio donde residen, como los grandes tucanes en las arboledas, etcétera.
Pues bien, uno de los casos más raros de adaptación es el de la pequeña hormiga platinada del desierto del Sahara, que sale de su madriguera, que es diez minutos bajo el Sol abrasador y las dunas calientes, a recoger su alimento, que consiste en insectos que otros animales han dejado, y luego vuelve rápido a sus cuevas, que por dentro, a diez metros bajo la arena, son verdaderas cámaras habitacionales.
Este insecto, tan pequeño como una gota de agua, tiene más largas sus patas delanteras, que le sirven como tenazas para asir su comida, y su cuerpo está cubierto de ciertos pelos por donde penetra el aire, y esos pelillos al verlos al microscopio son unos verdaderos prismas triangulares por donde pasa el aire, y estos le dan un aspecto platinado, y lo curioso también es que este minúsculo insecto no roza su cuerpo en la arena y esto le permite que el aire pase debajo de su cuerpecillo y así logra frescor, que necesita para no achicharrarse, como se achicharran otros animalillos del desierto, como los escorpiones, por ejemplo, que al morir calcinados, también son la comida de estas hormiguitas.
Esta hormiguilla platinada del desierto del Sahara realmente -como se dijo- es un extraordinario ejemplo de adaptación, porque si pasa de esos diez minutos de salida, entonces corre el riesgo de morir calcinada.
El desierto del Sahara o Sáhara es el mayor del mundo, abarca una extensión de 10 millones de kilómetros cuadrados y está situado en la zona norte central de África.