La tecnología espacial proyectó hace algunos años un viaje de ocho meses al planeta rojo (Mavorte). Ello, cuando en siglos no hemos llegado a salvar y conquistar la Tierra, la paz y el amor humano. Desde el inicio de los tiempos, las ansias de aventura han desembocado en importantes conquistas, descubrimientos y avances. En una era marcada por la civilización tecnológica, los hombres y mujeres con espíritu aventurero anhelan explorar los límites de lo desconocido. Más lejos de lo que nadie ha llegado jamás como lo es el planeta Marte (dios romano de la guerra). Dentro del proyecto “Mars One” la ciencia espacial emprendió en los albores del nuevo siglo uno de los planes más épicos y colosales de la era moderna. Se buscaron voluntarios para establecer una colonia humana en el planeta marciano en 2023 donde poder “prosperar, aprender y crecer”. En la novela de Ray Bradbury “Crónicas Marcianas” hay un episodio cuando el reflejo de los marcianos en el agua, revela que aquellos eran los mismos seres terrestres. Al aterrizar la primera nave humana el siglo pasado en Marte, el mismo Ray Bradbury lloró en el recinto de monitoreo, cuando las cámaras descubrieron un planeta desolado y sin habitantes. Estamos ante una civilización que busca en los confines de la galaxia una nueva oportunidad de crear el mismo perdido paraíso de sus ancestros bíblicos. Pretendiendo un supuesto viaje de ocho meses a Mavorte, cuando en siglos no ha llegado al propio corazón humano. <“Éxodo del Sapiens Estelar al Universo” C. Balaguer-Amazon>
Viaje de ocho meses a Marte
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