El drama de tres novelas clásicas de nuestra literatura del siglo pasado me han inspirado los siguientes versos: Sobre “Cenizas de Izalco” de la recordada salvadoreña-nicaraguënse Claribel Alegría: “El Vuelo de los Hombres de Nube y de Ceniza”: “Surgiendo de las llamas/ los hombres de ceniza volaron a lo alto/ Fenixs de piel mestiza con sus alas oscuras/ llegaron a la cima del majestuoso Izalco/ Uniendo sus cenizas de gloria en las alturas/ el hombre fue volcán y el coloso grito/ Los muertos están vivos. Aunque el volcán dormido/ no expulse más cenizas y fuego al infinito/ ¡Aquellos volverán desde el ayer herido!” Para “Jaraguá de Napoleón Rodríguez Ruiz: “El Indio Jaraguá del Monte”: “La Loncha como madre tierra/ que pare a Jaraguá en el monte/ Cual yerba yaraguá se aferra/ al suelo natal y al horizonte/ De ahí el nombre que llevara/ el indio aquel ya sin historia/ Sembrando lunas con su vara/ se queda escrito en la memoria.” En cuanto a “Aroma de Café Amargo”de Sandra Benítez: “Aroma de café amargo/ que sube y que desaparece/ Amor de ausencia es el milagro/ que huye y que se desvanece/ La miel amarga de la espera/ de aquel que parte en el desierto/ Buscando alguna primavera/ se va cual nave sin un puerto.”
Sobre “Cenizas de Izalco”, “Jaraguá” y “Aroma de café amargo”
.