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Cumbre estratégica entre Joe Biden y Xi Xinping

Estabilizar las relaciones sino-americanas, reforzar la cooperación contra el calentamiento climático —siendo las dos potencias mundiales en producir el número de partículas de carbono más importantes—, tales fueron los desafíos del encuentro.

Por Pascal Drouhaud
Politólogo, presidente LATFRAN

En medio de tensiones internacionales fuertes, con dos frentes de guerra entre Ucrania y Rusia tanto como Israel y el Hamás, el encuentro entre el Presidente de los Estados Unidos, Joe Biden, y su homólogo de la República Popular de China, Xi Jinping, cerca de San Francisco, el 15 de noviembre pasado, contenía un significado y un peso fuerte.


Estabilizar las relaciones sino-americanas, reforzar la cooperación contra el calentamiento climático —siendo las dos potencias mundiales en producir el número de partículas de carbono más importantes—, tales fueron los desafíos del encuentro.


Obviamente, el mensaje también contenía una dimensión de política interior, sobre todo para los Estados Unidos: Joe Biden está en campaña electoral y quiere difundir una imagen de líder, hablando con otra potencia socio-adversario como lo es la República Popular de China. Es sumamente importante mientras los Estados Unidos están involucrados en término de seguridad sobre dos frentes de guerra: en Europa, a raíz del conflicto entre Rusia y Ucrania tanto como en el Medio Oriente en la guerra entre Israel y el Hamás. El Pacífico sigue siendo una región bajo tensiones regulares a través del tema de Taiwan tanto como de la península coreana.


Por cierto, frente a China, los Estados Unidos buscan consolidar sus alianzas con los 21 países de la APEC (Cooperación Económica para Asia-Pacífico) que representan el 60% de la economía mundial. Pero obviamente, mostrar una imagen de diálogo entre las dos primeras economías mundiales, a pesar de sus rivalidades, era esencial para ambos. Xi Xinping alertó sobre las consecuencias "insoportables" de una confrontación, estimando que "China y los Estados unidos no podían "darse vuelta". "El plantea es suficientemente grande para que nuestros dos países prosperen" agregó mientras los dos países se están llevando una competencia fuerte sobre temas económicos, tecnológicos o de defensa.


Mientras los dos líderes no se habían vuelto a hablar desde hace un año, en el G20 de Bali, parecía necesario que hubiese un encuentro bilateral. Las crisis no faltaron, la competencia sigue. Pero, la responsabilidad de esta nueva bipolaridad en un ámbito internacional inflamable debe ser reafirmada. Esta realidad permitió a China poner un enfoque sobre las sanciones adoptadas por los Estados Unidos: "Las acciones norteamericanas contra China sobre el control de exportaciones (..) e inversiones (..) dañan los intereses de Beijing", dijo el líder chino al presidente estadounidense durante la cumbre de la APEC.


Ahora bien, ambos tienen intereses en política interior: Joe Biden, mostrando que habla con su homólogo chino, al que posteriormente calificó de "dictador" en una rueda de prensa, busca captar el interés de su opinión pública y borrar cualquier imagen de debilidad en la cual intenta encerrarlo Donald Trump. Por su parte, Xi Xinping está confrontado a una situación económica interna tensa. Tienen interés en guardar bajo control la relación entre ambos países: elecciones presidenciales en los Estados Unidos, Taiwan, las nuevas rutas de la seda, mantener un nivel de crecimiento mundial a pesar de las guerras y sus presiones sobre la energía, productos agro-alimentarios, los temas de fricciones no faltan.


Pero exigen un voluntad de control mutuo que quisieran demostrar los dos líderes. Este acercamiento es más de pantalla que real pero es la imagen sigue siendo muy política. Los Estados Unidos y China están mandándose en forma de espejo, las quejas que formulan al otro. Pero, el nivel de los intereses nutre una forma de disuasión cuyo desafío consiste en volver constructiva para el equilibrio de una mundo bajo tensiones con un riesgo de escalada.


Politólogo francés y especialistas en temas internacionales

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China Estados Unidos Opinión

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