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Las encuestas y sus secretos

"No es que no puedan ver la solución. Lo que no pueden ver es el problema.” (GK Chesterton)

Por Óscar Picardo Joao

Según la demoscopia clásica -especialidad sociológica que estudia la opinión pública-, hay algunos secretos básicos e importantes que la clase política debería saber a la hora de leer e interpretar encuestas.

Muchos influencers políticos son ligeros para juzgar, descalificar o criticar los resultados de una encuesta cuando no son favorables a sus intereses. Lo clásico es acusar a la casa encuestadora de ser “pagada”.  Pero veamos algunos elementos a tomar en cuenta a la hora de hablar sobre encuestas.

Arquitectura estadística: el sistema de respaldo estadístico es importante para lograr los niveles de confianza, el diseño de muestreo representativo, el manejo del margen de error, las rutas polietápicas y la capacidad de inferir los resultados con cientificidad, son algunos elementos básicos a cuidar por los especialistas.

Psicometría: Diseñar un instrumento para la colectar datos es un arte fundamental que implicar saber formular preguntas -y re preguntas de confirmación- que respondan a los objetivos del estudio. Aquí la clave es lenguaje, practicidad, confiabilidad y validez: que mida lo que tenga que medir y que se mida de manera adecuada.

Trabajo de campo: Capacitar al equipo de campo con las “técnicas” de investigación que se van a utilizar y contar con un sistema de supervisión serio y riguroso; también es fundamental el rapport o la capacidad empática en cómo se presenta el entrevistador al entrevistado.

Big Data: Una vez se digitan los datos y se crean los diccionarios de variables se trabaja en los sistemas de frecuencias y posteriormente se realizan cruces de variables diversos, conforme a los intereses de los investigadores. Aquí el dato se transforma en información y la información en conocimiento. Por último aparecen las benditas o malditas gráficas…

Leer la encuesta: Esto implica tener a mano una serie de estudios para analizar las “tendencias”, es decir “los datos en el tiempo”; una gráfica o un conjunto de gráficas a veces dicen poco y nada. También implica hacer minería de datos y trabajar con variables cruzadas para averiguar fenómenos en ciertos conglomerados demográficos por edad, sexo, zona, ocupación, ingresos, etcétera. Aquí está la esencia de la lectura política de una encuesta.

Como lo hemos repetido muchas veces una encuesta es una “fotografía parcial” de la realidad, que puede perder su validez casi de modo inmediato, ya que la gente cambia de opinión y la política es muy emocional. La opinión es “doxa”, juicios personales e individuales, puntos de vista y percepciones; un fenómeno que puede ser afectado y alterado.

Justamente, las campañas electorales intentan mover o cambiar las percepciones y opiniones de la gente a través de diversas técnicas de comunicación y marketing político; debates, programas de entrevistas, videos, imágenes, activismo en redes sociales generan cambios y acciones virales.

Recordemos que el padre del “Neuromarketing contemporáneo” Carl Gustav Jung, descubrió el valor del miedo, los instintos y arquetipos que se utilizan como plataformas comunicacionales de las campañas políticas; argumentando, que el inconsciente colectivo tiene una profunda influencia en las vidas de los individuos, dado que los símbolos revisten importantes significados a través de sus experiencias del pasado (“remanentes arcaicos” diría Freud).

El análisis de los “arquetipos” es otra herramienta importante del marketing político; los arquetipos, según Jung, son formas de la aprehensión, y siempre que se trate de concepciones que se repiten uniforme y regularmente, estamos ante un arquetipo, independientemente de si se reconoce o no este modelo con una estructura pasada que haya dejado huella en los individuos. El candidato “vengador”, el “pacificador”, el “cool”, el “empresario”, el que tiene soluciones para todos los problemas, etcétera. La idea es generar una conexión entre lo que simboliza el candidato y mis necesidades o miedos.

A veces sí, muchas otras veces no, las encuestas tienen un valor prospectivo; no son para adivinar el futuro, sino para leer el momento de un ambiente o entorno político y tomar decisiones; otra cosa es la lectura de “tendencias”.

El determinismo es un error y a la vez una herramienta manipuladora de las encuestas: creer que esto que se publica hoy va a suceder de este modo en dos, tres o seis meses.

Si los sistemas de muestreo están mal diseñados, si la psicometría es defectuosa, si el trabajo de campo no tiene estándares adecuados de calidad o si hay manipulación partidaria, las encuestas se “equivocan” de lo contrario no. En no pocos casos y dependiendo la temática a investigar a veces los ciudadanos “esconden su respuesta” debido a un sesgo cognitivo de respuesta -esperada, conveniente, aceptación, etcétera-; pero en otros casos, por alguna razón significativa la gente cambia de opinión, a modo de castigo, reacción o respuesta frente a un hecho.

Los activistas políticos también tienden a trasladar con facilidad experiencias de otros contextos para descalificar encuestas; por ejemplo, los casos de Milei en Argentina o Arévalo en Guatemala, primaveras políticas, encuestas equivocadas y sobre todo negación de la realidad. Es importante tener los pies sobre la tierra a nivel social, económico, histórico y cultural.

En la última encuesta del Centro de Estudios Ciudadanos (CEC) de la Universidad Francisco Gavidia (UFG) llegamos a importantes conclusiones en función de diversas resultados de estudios realizados en los últimos cinco años:

1.- A nivel general y estructural: En lo que respecta a los resultados de cinco estudios sobre Humor Social y Político, se puede concluir que se ha instalado un "fenómeno de culto" sobre la figura del presidente en la mente de los salvadoreños. El presidente es más importante que la religión. Esto trasciende a lo político (y por eso no se puede comparar con Guatemala o Argentina).

2.- A nivel específico y político: El abstencionismo y el voto nulo es bastante alto, y en estos momentos representa una "segunda fuerza política" y beneficia al oficialismo. Parece ser un castigo equivocado.

“Oímos sólo aquellas preguntas para las que estamos en condiciones de encontrar respuestas” (Friedrich Nietszche) lo demás lo ignoramos y criticamos, es más fácil y frecuente…

Disclaimer: Somos responsables de lo que escribimos, no de lo que el lector puede interpretar. A través de este material no apoyamos pandillas, criminales, políticos, grupos terroristas, yihadistas, partidos políticos, sectas ni equipos de fútbol… Las ideas vertidas en este material son de carácter académico o periodístico y no forman parte de un movimiento opositor.

Investigador Educativo/opicardo@asu.edu

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