Palabras del magistrado Noel Orellana, magistrado del TSE, al informar del nuevo encargo de esa institución: “Este es un tema nuevo algo que no se ha dado…Como TSE electoral se nos ha solicitado elaborar un instructivo…”.
Precisamente, el funcionario, sin ninguna vergüenza, afirma que por primera vez se van a violar hasta seis artículos de la Constitución, que terminantemente prohíben la reelección presidencial y establece sanciones para quienes la promuevan. Esas cláusulas pétreas de nuestra Carta Magna habían sido respetadas siempre por los gobernantes, malos y peores que hemos tenido desde el general Martínez, que ya ha sido juzgado por la historia.
En desafortunadas declaraciones sobre la reelección, el vicepresidente Ulloa habla de artículos escondidos de la Constitución, que solo él conoce, porque la gente no entiende ni comprende la actual democracia, que califican de dictadura, aunque para él es un liderazgo fuerte de Bukele, mandato que le dio la ciudadanía al elegirlo presidente. Pero olvida que al tomar posesión juró en vano cumplir la Constitución.
Nunca antes se había intentado obviar la expresa prohibición de hacer campaña adelantada a los plazos establecidos por la ley, ni usar de los recursos del gobierno para realizarla.
Pero la legítima propuesta del magistrado Olivo de endurecer las sanciones por campaña adelantada ha sido rechazada por el resto de los miembros de TSE, ya que desde el 15 de septiembre 2021, cuando Bukele anunció su intención de reelegirse, sus serviles funcionarios han aplaudido la decisión y los diputados de NI han tenido el mal gusto de llevar gorras alusivas a la reelección, mancillando la dignidad del recinto legislativo.
Los frecuentes viajes de los diputados oficialistas a ciudades de Estados Unidos organizando raquíticos mítines demuestran que no les importan las leyes, ni el mal ejemplo que dan a los ciudadanos.
Jamás, ni en los peores tiempos de las dictaduras militares, habíamos visto el descaro con que se llevó a cabo el proceso de elección de Bukele, en que se negó el pago de la deuda política a los partidos opositores, mientras él se aprovechó de sus período como alcalde de Nuevo Cuscatlán y de San Salvador para destacar su imagen y sus colores, uniformando a sus empleados y pintando hasta los camiones recolectores de basura.
En estos tres años hemos observado con indignación todos los métodos que ha usado NI para desconocer el Estado de Derecho, destruyendo la separación de poderes, nombrando como diputados a personas incapaces pero dispuestos a aprobar leyes totalmente contrarias al bien común, como declarar reserva para todo gasto incurrido, para que la población no pueda conocer y fiscalizar el uso que están haciendo de millonarios recursos públicos que proceden de nuestros impuestos y han aumentado la deuda de manera escandalosa.
El nombramiento ilegal de magistrados de la Sala de lo Constitucional dispuestos a avalar todos los atentados contra la Constitución y la destitución de jueces que no quisieron comprometer su honor y su prestigio sirviendo a la dictadura, es algo que por muchas generaciones no se había dado en El Salvador.
El irrespeto a los Símbolos Patrios, el cambio en el Escudo Nacional y los de las alcaldías, el Himno Nacional entonado de manera lamentable por una sola persona y con arreglos especiales, demuestran que estamos viviendo gobernados por la voluntad de una persona. Nunca antes se violó tan descaradamente la libertad de prensa, callando y castigando voces disidentes que obligaron a muchos a huir del país, para evitar la cárcel donde está los que no se fueron a tiempo.
Nunca antes presenciamos un régimen permanente de excepción, la captura y tortura de miles de inocentes y el irrespeto a los derechos humanos. ¿Qué peores cosas ocurrirán que jamás habían pasado?
Maestra.